Jorge Méndez Blake conecta biblioteca con el MUAC a través de exposición

Al entender una biblioteca como un dispositivo de exploración, contención, clasificación y acumulación de conocimiento, Jorge Méndez Blake (Guadalajara, 1974) propone desestabilizar la solidez de la institución para convertirla en un espacio abierto donde el “saber” no se proteja como un objeto inaccesible.
“Una biblioteca es como una especie de coraza de resguardo del conocimiento, y si uno quiere acceder tiene que hacer el esfuerzo con una razón específica, no es abierta. En ese sentido, es interesante de alguna manera desestabilizar esta solidez en el sentido de qué sucede si en lugar de ser un espacio cerrado es un intermediario de desarrollo social”, reflexiona el artista. A partir de esta inquietud, Méndez Blake desarrolló el proyecto Traslaciones topográficas de la Biblioteca Nacional, comisionado por el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), que consiste en una reflexión sobre la materialidad arquitectónica y ubicación geográfica del propio museo y la biblioteca, ambos instituciones universitarias; lo que se traduce en una serie de acciones para acercar metafórica y literalmente los recintos. Quien fue becario de la Fundación Marcelino Botín en España señala que la relación biblioteca-museo.
tiene que ver con la manera en cómo se vinculan con el público.

“Se supone el museo como una institución más abierta, su fachada son las exposiciones y de alguna manera el intercambio de conocimiento es hacia el exterior. La biblioteca no tiene esa fachada pública, es más bien como una especie de resguardo hacia adentro, que a menos de tener un tema específico no hay motivo
para acercarse”.

Es en ese sentido que el proyecto expositivo –integrado por video, acciones en proceso y poemas– plantea un encuentro físico y reflexivo entre la Biblioteca Nacional, considerada el máximo recinto librero universitario, con el MUAC, de los espacios con mayor número de visitantes.

El trabajo, que se inaugurará el próximo sábado, se genera también a partir de la exploración sobre la relación intrínseca entre la literatura y las artes visuales; cuestiona en qué momento se encuentran y cómo la palabra escrita puede convertirse en una obra plástica o viceversa, por ejemplo en la poesía concreta o los libros de artista.

“Hay un punto en donde las artes se convierten en literatura, en herramientas narrativas, textuales, de lenguaje, y en ese punto de margen de la propia literatura se genera una zona donde se producen cosas que no son ni arte ni literatura, sino un producto híbrido”, explica.

La pieza central de la exposición es el video El topógrafo, el cual registra la acción de Méndez Blake cuando trazó con diversas herramientas un camino recto del museo a la biblioteca entre la maleza crecida en medio de ambos edificios. La acción toma como referencia que el MUAC fue el último edificio en integrarse al Centro Cultural Universitario, y se planeó que sus pasillos internos se conectaran al complejo librero.

Pero en la práctica estos caminos se han obstruido; entonces el artista explora una ruta alterna para reencontrar ambos lugares. La reflexión del video se sustenta en dos acciones más que se realizarán durante el tiempo de la exhibición, casi de manera imperceptible para el público.

En la primera un voluntario caminará del museo a la biblioteca, y de la lista de 293 libros de poesía mexicana del siglo XX contenidos en el catálogo, elegirá uno para memorizar una frase. Volverá al museo para escribir la oración que aprendió en una máquina de mecanografía colocada en el centro de la sala de exposición. El ejercicio se repetirá de tres a cuatro veces diarias con diferentes libros, para, al final, tener una suerte de breviario de la poesía mexicana.

Se sumará otro voluntario quien caminará también del museo a la biblioteca para tomar un ejemplar, y leerlo en el MUAC fuera del contexto bibliotecario. “Yo hice además un resumen de toda la poesía del siglo XX en un libro para el cual tomé el color de cada una de las portadas de los 293 libros del catálogo y lo que se ve en el libro es una especie de continuidad cromática que es una traducción de toda la poesía del siglo XX en una gama de colores”.

Al ser la primera vez que produce acciones en proceso “sutiles”, quien ha expuesto en Londres, Madrid, Nueva York y Bélgica considera que el arte en su sencillez imprime una mayor “huella” en el espectador que piezas monumentales. “La escala importa mucho en el arte, pero no necesariamente la más grande tiene repercusiones importantes”.