La belleza duele: Post cirugía plástica

Tal como se presenta en la nueva «belleza» de la cirugía plástica, las mujeres han adoptado el cambio y trasformación como medio de aceptación dentro de una sociedad. La cultura occidental ha llevado a tal grado su obsesión por la belleza que se ha hecho una moda el cambio de la pigmentación de la piel e incluso la semejanza con muñecas como el caso de la chica Barbie.
La cultura oriental no se ha quedado atrás, La presión que existe en ésta, por ejemplo los niños que tengan el mejor empleo y las mujeres la mejor belleza, han provocado suicidios e incluso cambios radicales.
La noticia más sonada al respecto fue el de un hombre de China que demandó a su esposa por haberle mentido respecto a su apariencia y la cual descubrió cuando nacieron sus hijos, ya que estos no se parecían a ellos y según el hombre no eran lo suficientemente bellos.
De acuerdo con la página La Revista de Cirugía Estética, los últimos datos recopilados de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética, en 2010, confirman que Corea del Sur es el país con la tasa per cápita más alta del mundo en cirugía estética.
Aquí las mujeres en lugar de ahorrar para ropa, ahorran para hacerse cirugías de ojos, parpados, nariz, etc. Situación que no nos es muy extraña en México.
La fotógrafa Ji Yeo tras su regreso a Corea, de donde es originaria, quedó en shock cuando vio la presión que las maestras hacían sobre el aspecto y las pláticas entre chicas que era sobre lo delgadas y altas que eran.
Ji cuenta así el inicio de Beauty recover room en el que retrató a mujeres después de haberse hecho una cirugía:
Empecé siendo muy crítica. La razón por la que empecé este proyecto fue porque yo tenía mis propios problemas de autoestima.
En la secundaria mi único objetivo era convertirme en una chica popular.
Empecé a trabajar en contra de los deseos de mis padres con el fin de ahorrar para la cirugía plástica.
Mi objetivo era tener una cirugía en todo mi cuerpo, tan pronto como me graduara de la escuela.
Fui con más de una docena de cirujanos para conseguir consultas antes de darme cuenta que no era para mí”.
Las fotografías son muy impactantes pues las mujeres a pesar de ya haber pasado por el proceso que “embellece” los resultados despiertan reacciones de disgusto. Cortadas, inflamaciones y más son las formas que exaltan de aquellas trasformaciones, y que las chicas que posaron ni siquiera quisieran mirar después de ser retratadas.

Dicen que la belleza duela, y quizá esa frase sea la mejor justificación para muchas mujeres que gustan de las operaciones, pero ¿es esto realmente necesario?