Papa canoniza a 2 monjas palestinas

El papa Francisco canonizó el domingo a dos monjas del siglo XIX procedentes de lo que entonces era la Palestina gobernada por el imperio otomano con la esperanza de animar a los cristianos de Oriente Me- dio que enfrentan una oleada de persecuciones por parte de extremistas islá micos.
Las hermanas Mariam Baw ardy y Marie Alphonsine Ghat tas estuvieron entre las cuatro monjas elevadas a santas durante una misa en la Plaza de San Pedro. El presidente palestino, Mahmud Abás y unos 2 mil peregrinos de la región, algunos ondeando banderas palestinas, estuvieron presentes en la canonización de las primeras santas de la región desde los inicios del cristianismo.
Responsables de la iglesia presentaron a las nuevas santas como un símbolo de esperanza y aliento para todos los cristianos en Oriente Medio en un momento en que las violentas persecuciones y la discriminación han alejado a muchos cristianos del lugar donde nació Jesucristo.
«No se podía ignorar más al pueblo
mártir palestino»: Oscar Rodríguez Ciudad del Vaticano
“El reconocimiento de Palestina es muy importante; podría sentar las bases de la paz palestino-israelí; no era posible seguir ignorando al pueblo mártir palestino; el Papa está construyendo puentes de entendimiento; el acuerdo no frenará el diálogo interreligioso ni los temas de política internacional que tienen aún pendientes Israel y la Santa Sede”.Estas son algunas de las afirmaciones hechas a un Diario de circulación nacional por el purpurado hondu reño Óscar Rod ríguez Mara diaga —coordinador del grupo de cardenales que ayudan al Pontífice en la reforma de la Iglesia y el hombre más cercano a Francisco—, al margen del Congreso de Carit as Internacional, institución de la que es presidente.
¿Qué significado tiene para la Iglesia de Roma y para usted el acuerdo con el que la Santa Sede reconocerá formalmente al Estado palestino?
—Es de verdad muy importante, porque este pueblo ha sufrido por años. Hay palestinos que no han conocido más que un campo de concentración, ahí han nacido y vivido hasta ahora. Esto no es posible en un mundo plural en el que se quieren respetar los derechos humanos y en el que tenemos que vivir como hermanos y no como enemigos.Usted apoya este reconocimiento
—Cierto, yo alabo este acuerdo, que aún no conozco, y me alegro del mismo, porque espero que pueda contribuir a sentar los cimientos de la paz entre palestinos e israelíes y en el Medio Oriente.
No extrañamente este acuerdo coincide con la convocación del año santo que el Papa ha dedicado a la misericordia—Cuando se cumplió el segundo aniversario de la elección del Papa me preguntaron cómo podía definir esos años.
Con tres palabras, dije: misericordia, alegría y pobres. En este sentido le digo hoy que en un mundo en el que todavía se vive circundado de odio racial y religioso, cosa ridícula, y en el cual queremos construir la paz marginando, ignorando o peor, excluyendo a otros, cosa absurda, no es posible seguir haciendo caso omiso del pueblo palestino, que es sin duda un pueblo mártir.
Con lo anterior nos confirma que entre este acuerdo y el concepto de misericordia, tan cercano y querido por el Papa, hay un vínculo estrecho y directo, ¿no es así?
—Sin duda alguna, porque Pontífice quiere decir hacedor de puentes y esto es lo que esta haciendo el Papa, puentes de entendimiento entre los pueblos de la Tierra Santa, entre Cuba y Estados Unidos, lo que en mi opinión son cosas de Dios.
¿Cuánto pudo influir en la decisión del Papa la histórica oración pacifista en la que reunió a los presidentes palestino, Mahmud Abbas, e israelí, Shimon Peres (hoy ex mandatario), en el Vaticano?
—No sé hasta qué punto haya influido en el Papa este gran evento, pero lo que sí puedo decir es que Peres es un hombre de paz que quiero y admiro, porque con aquel gesto se jugó su prestigio. Este gesto no ha sido en vano, pero lamentablemente el asesinato de unos adolescentes judíos echó atrás el camino construido. Estoy sin embargo seguro de que este camino se va a hacer, porque los planes de Dios, aunque los quieran echar a perder, siempre triunfan.
En esta ocasión los enemigos de la paz podrían emerger bloqueando, por ejemplo, el diálogo interreligioso católico-hebreo
—No lo creo, porque una cosa es el aspecto político y otra los aspectos religiosos. Supe de una gran reunión en Jerusalén, entre rabinos y personas de movimientos católicos, que me parece un signo de esperanza. El diálogo debe continuar, porque lo que busca es el bien común y porque Israel no puede vivir siempre en alerta de dónde lo van a atacar. Lo mejor es reconocer el Estado palestino y vivir en paz respetándose mutuamente.
Con este acuerdo y el cubano-estadounidense la diplomacia vaticana parece salir de un largo letargo y emerger con una fuerza inusitada
—No, lo que pasa es que no hacía ruido, ha hecho su trabajo en silencio y con gran éxito gracias a Dios, porque siempre busca el bien común, que es la línea del Evangelio, de la doctrina social de la Iglesia y también del Papa.