Llega El rebozo. Made in Mexico al Franz Mayer

Un rebozo de alta calidad tejido a mano “combina elegancia, diseño, sutileza de color y confort con un estilo exquisito”, dice la curadora Hilary Simon, del Fashion and Textile Museum (Museo de la Moda y los Textiles), de Londres. Han pasado más de 110 años desde que los europeos voltearon por primera vez hacia la prenda y su admiración hacia ella parece haber crecido.
Fue entre 1902 y 1905 cuando un diplomático belga llamado Robert Everts se maravilló con el rebozo. En esa época todas las mujeres lo utilizaban en México y Everts comenzó a reunir una colección que incluía algunas piezas del siglo XVII, que después llevó a Europa. Desde entonces, el rebozo sigue aumentado su prestigio y hoy es considerado un icono cultural mexicano.
Hasta hace poco, “el rebozo era conocido en el Reino Unido como una prenda para cargar bebés y más recientemente comenzó a ser promovido para servir en el parto. Sin embargo, la creciente popularidad de Frida Kahlo como un icono de las bellas artes ha contribuido a despertar el interés en su historia y las posibilidades contemporáneas del rebozo en la moda”, dice Celia Joicey, directora del mismo museo.
La creciente admiración por la indumentaria llevó al museo británico a conformar una exposición que fue exhibida ahí el año pasado y que se convirtió en la primera muestra sobre el rebozo organizada fuera de México. Para 2015, con motivo del Año Dual entre México y el Reino Unido, la exposición ha sido traída al Museo Franz Mayer de la Ciudad de México bajo el título de El rebozo. Made in Mexico.
La exposición está conformada a través de la visión creativa de una curadora británica: Hilary Simon. En ella se ha buscado mostrar los mejores ejemplos del pasado y el presente del rebozo. Con el apoyo de Anglo Arts, el departamento cultural de The Anglo Mexican Foundation que dirige Susana Chapman, se han reunido una serie de piezas, antiguas y contemporáneas, que muestran la belleza de la prenda mexicana, así como su uso y representación en la fotografía y el arte.
El rebozo es un poderoso textil en el mundo, que tiene que ser celebrado y protegido. La exposición explora cómo un textil, en este caso el rebozo, representa la historia, la cultura y la identidad de todo un país. El rebozo ha demostrado ser un emblema elástico de la identidad mexicana que refleja la confluencia de la cultura nativa, la época colonial y la vida contemporánea mexicana”, dice Joicey.
Con museografía de Bethan West-Ojari, la muestra revisa la forma en la que ha sido utilizada la prenda a lo largo de la historia y la asocia con personajes históricos de la vida cultural mexicana como Frida Kahlo o la cantante Lila Downs. Incluye además fotografías de Graciela Iturbide, Antonio Turok, Pedro Valtierra y Lourdes Almeida, donde se muestra al rebozo en la vida cotidiana y el arte a través de artistas como Pedro Diego Alvarado, Francisco Toledo, Barbara Rae, Yoko Ono o Zandra Rhodes.
La idea de la exposición es poner de relieve la belleza, la habilidad y la importancia del rebozo entre el público contemporáneo. El turismo es una industria clave para México y el rebozo tiene el poder para promover la riqueza, el color y la habilidad de la cultura mexicana en el resto del mundo”, dice la curadora, Hilary Simon.
Dividida en diferentes secciones, la muestra explica en su introducción cómo el rebozo ha sido interpretado como un emblema de identidad mexicana. Las secciones siguientes muestran la tradición de la prenda y los procesos artesanales, desde la época colonial a las prácticas contemporáneas en Santa María del Río, en San Luis Potosí o en Tenancingo, Estado de México. Una sección sobre el rebozo en la vida moderna pone de relieve cómo las mujeres famosas han promovido la prenda y cómo diferentes organizaciones sociales tratan de preservar su producción.
Los rebozos reflejan gran maestría artesanal y un gran diseño que ha subsistido a través de tres siglos. Las habilidades tradicionales de los artesanos de rebozos son cada vez más raros y se están haciendo esfuerzos para preservar y continuar la herencia de este arte. La generación más vieja que posee el conocimiento está luchando para interesar a las nuevas generaciones; es una labor intensiva y requiere dedicación y pasión”, considera Joicey.
En la exposición el Museo Franz Mayer participa con 14 rebozos que originalmente formaron parte de la Colección Robert Everts (1875-1942), que fue adquirida por el museo en 1994; 19 rebozos provienen de la Colección Ruth D.
Lechuga y provienen de las localidades de Moroleón, Tenancingo, Chilapa, Paracho, Santa María del Río, y Tangancícuaro.
Como parte de la muestra el Centro de Estudios de Arte Popular Ruth D. Lechuga ha preparado el encuentro El arte del jaspe y rebozo que se realizará del 29 de julio al 2 de agosto y contará con la participación de reboceros, empuntadoras y académicos.