Benzodiacepinas; pueden causar habituación y dependencia

El uso abusivo de medicamentos es un problema que está creciendo entre los jóvenes y actualmente una de las formas que ha tomado es la de las pharming parties. Pese a que se discute la realidad de estas fiestas con fármacos, no hay duda sobre los peligrosos efectos de mezclar medicinas. ¿Conoces las consecuencias de esta práctica?
Pharming parties, ¿verdad o ficción?
Al igual que las drogas ilegales, algunos fármacos provocan alteraciones como placer, euforia o somnolencia, entre otros. Por ello, hay jóvenes que se drogan con medicamentos de libre venta o con receta médica, como antidepresivos, jarabes para la tos y ansiolíticos (reductores de ansiedad y angustia). A esta popular práctica se le conoce en Estados Unidos como pharming (palabra en inglés que proviene de «farmacéutico»).
Esto aumentó la preocupación sobre lo que los medios de comunicación estadounidenses llaman pharming parties y describen como fiestas con fármacos en las que los jóvenes llevan pastillas, las colocan en un recipiente colectivo para consumirlas sin distinción, a menudo con alcohol, en espera de que les cause un efecto. Todo ello sin tomar en cuenta las peligrosas consecuencias, ya que el abuso y las interacciones entre medicamentos causan trastornos a órganos, así como a otros sistemas del cuerpo que pueden ser letales.
Aunque distintas fuentes hablan sobre estas reuniones y su popularización, existe poca información que las corrobore. No obstante, el abuso de medicamentos prescritos y de libre venta por parte de los jóvenes está comprobado. 19% de los adolescentes estadounidenses ha caído en el uso de fármacos como droga recreativa, según la asociación Parnership for Drug-Free Kids.
Abuso de fármacos
en México
En contraste, el abuso de fármacos en México afecta a 0.5% de la población entre 12 y 17 años, así como a 1.7% de personas entre 18 y 34 años, de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Adicciones (2011). Entre los medicamentos sin prescripción médica más recurrentes están los tranquilizantes, utilizados por 0.3% de los mexicanos.
El consumo de medicamentos como drogas recreativas aún no es un problema mayor en México. No obstante, algunas asociaciones farmacéuticas han reportado casos en los que jóvenes compran ciertos medicamentos hasta agotarlos, como sucedió con algunos jarabes para la tos que tenían codeína (que en grandes cantidades puede causar euforia).
Entre los fármacos que más se abusan y pueden desembocar en una adicción se encuentran:
Analgésicos: es común autorrecetarlos, pues ayudan a calmar el dolor. Su uso indiscriminado puede hacer que cada vez se necesite una cantidad mayor. Incluyen sustancias que pueden causar adicción, como morfina y codeína (derivadas del opio).
Ansiolíticos: disminuyen el malestar, así como la ansiedad al generar una sensación de bienestar y facilitando el sueño. Existen dos tipos, barbitúricos y benzodiacepinas, ambos pueden causar habituación y dependencia, además de distintos efectos secundarios.
Estimulantes: incrementan el estado de alerta, disminuyen el cansancio, causan euforia y pueden intensificar el sexo. Cuando cesa su efecto pueden causar crisis de angustia, depresión y deseo de consumir otro estimulante. Su uso prolongado puede provocar agresividad y paranoia.
Por otro lado, entre los jóvenes que hacen uso recreativo de medicamentos es común que tiendan a tomar medicamentos después de beber alcohol, como ansiolíticos para provocar un efecto adicional a la bebida y emborracharse más rápido. Los peligros de mezclar medicamentos y alcohol dependen del medicamento tomado; algunos de los efectos adversos pueden ser:
Medicamentos para alergias y gripe: letargo, mareos y aumento del riesgo de sobredosis.
Medicamentos para ansiedad y epilepsia: letargo, mareos, aumento del riesgo de sobredosis, dificultad para respirar, pérdida del control de movimientos, comportamiento inusual y daño en el hígado.
Medicamentos para dolor severo: letargo, mareos, aumento de riesgo de sobredosis, dificultad para respirar, pérdida del control de movimientos y comportamiento inusual.
Medicamentos para la tos: letargo, mareos y aumento de riesgo de sobredosis.
Cabe destacar que la sobredosis es una de las consecuencias más peligrosas de combinar medicinas y alcohol, la cual ocurre cuando se toma una cantidad mayor a lo prescrito por un médico. Ocasiona síntomas que varían dependiendo de la sustancia, pero que pueden provocar la muerte.
Cocteles de
medicamentos
La mezcla de fármacos en las pharming parties es una práctica sumamente peligrosa. La forma en que dos fármacos interactúen puede causar un efecto secundario no deseado o una alteración en cómo las drogas afectan al cuerpo.
Ejemplo de las consecuencias de mezclar medicamentos es la oxicodona (un analgésico opioide adictivo) que tomada junto a un fármaco sedante puede producir somnolencia, respiración lenta, coma y muerte. Otra muestra es la del escitalopram (un antidepresivo indicado para el tratamiento de la depresión) que al utilizarse con antipsicóticos aumenta el riesgo de síndrome neuroléptico maligno.