La autoliberación

Preguntaron a un discípulo: ¿Qué te ha proporcionado la autoliberación? Y contestó: «primero tenía depresión, y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión».
· Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni con esfuerzo, ni forzado, sino por comprensión, por autoliberación.
· El dolor existe. Es normal que exista. El sufrimiento surge cuando te resistes al dolor. Si aceptas el dolor no existe el sufrimiento.
· ¿Eres capaz de reconocer que el sufrimiento que te aflige lo produces tú y no los demás? Si eres capaz de darte cuenta de esto es que estás empezando a despertarte.
· Cuando te hartes de sufrir, ese será un buen momento para despertar.
· Tú sólo eres tú, cuando comprendes. No eres tú cuando juzgas.
· Comprender exige un esfuerzo del YO. Juzgar es muy sencillo y lo haces en función de tus programas, de tus prejuicios, de tus conveniencias.
· La raíz del sufrimiento está en el deseo no controlado, en la exigencia no controlada, en el apego. Por ejemplo: de no haber deseado tanto que tu amigo te acoja, te contemple, te tenga en cuenta, de no haberlo deseado tanto no te importaría su indiferencia o su rechazo.
· Donde no hay deseo-apego no hay miedo. El miedo es la cara opuesta de la misma moneda del deseo, inseparable de él.
· Sin los cristales de los deseos te veo como eres, y no cómo desearía que fueses, así te quiero ya sin miedos, a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras.
· Los lazos que se basan en los deseos son muy frágiles. No hay pareja ni amistad tan segura como la que se mantiene libre. El apego mutuo, el control, las promesas, los deseos, te conducen inexorablemente al conflicto, al sufrimiento, y a largo plazo a la ruptura.
· La felicidad y la alegría no pueden venirme de fuera, porque están dentro de mí. Tú ya eres felicidad y amor. Sólo que estás dormido y no te das cuenta.
· Depender de otra persona para tu felicidad es nefasto para ti puesto que estás afirmando algo contrario a la vida y a la realidad.

· Dentro de mí suena una melodía cuando llega mi amigo. Y es mi melodía la que me hace feliz. Cuando mi amigo se va quedo lleno con la música, y no se agotan las melodías, pues con cada persona suena otra melodía que también me hace feliz.

· Tu felicidad no ha de depender de situaciones, personas o cosas.

· Has de mirar las situaciones, las personas o las cosas con sosiego, sin enfados ni ansiedad. Mirarlas y aceptarlas tal y como son, sin querer cambiarlas.

· Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones que no te dejan ver la realidad. Esto sólo se consigue manteniéndote despierto y llamando a las cosas por su nombre.

· Sólo lo que nace y se decide desde dentro es auténtico. Lo que haces como hábito y te domina (porque te lo ha programado la «religión», la sociedad, los medios de comunicación. etc.) te hace dependiente, esclavo de lo que crees.

· Lo que surge de ti, lo analizas, lo pasas por la criba de tu criterio y te decides a ponerlo en práctica, asumiéndolo, es tuyo y te hace libre.

· Las personas que menos se preocupan por la vida de ahora, de vivir el presente, son las que más se preocupan por la venidera o la pasada. Ocúpate de estar despierto. Vive ahora, el presente precioso, y no te preocupes por el futuro. Se responsable.

· Cuando tu mente cambia, todo cambia para ti a tu alrededor.

· Es mucho más fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar el mundo.

· Para despertarse el único camino es la observación. Observar tus hábitos, tus reacciones mentales, emocionales, volitivas, y la razón de porqué respondes así.

· Lo que has de averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que eres.

· Cuando la mente no está bloqueada el resultado es la sabiduría y cuando el espíritu no está bloqueado el resultado es el amor.

· El esfuerzo que haces por cambiar es peor, pues luchas contra unas ideas y lo que has de hacer es comprender y estar en la realidad.

· Quieres liberarte yendo al psicólogo. El no puede hacer nada que tú no hagas. En realidad lo que haces allí es observarte. Si no eres consciente resolverás un problema pero te crearás muchos más.

· La espiritualidad, la autoliberación va directamente a la raíz, a rescatar tu YO, que está ahogado por barreras, por programas que no te dejan ser libre.

· Si te sientes molesto porque alguien se ha portado mal contigo, no se puede entender que tú te castigues porque otro se comporte mal. Tiene que existir otro motivo más personal escondido. Obsérvalo.

· Debes darte cuenta de que el sufrimiento o las molestias se deben a TU REACCIÓN ante los hechos y no a la realidad de lo que está ocurriendo. Por ejemplo, si vas al campo y llueve, la causa del enfado no está en la lluvia, sino en tu reacción porque se han contrariado tus planes, tus deseos.

· No demos la culpa a la realidad, sino a nuestras reacciones programadas.

· Observa cada día tu programación y tus reacciones para conocerte mejor y cada día ser más tú mismo.

· Las cosas sólo serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar.

· El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo. El miedo genera los deseos. El que nada teme está seguro y nada desea.

· Sólo hay vida en el presente. Vivir en el presente supone vivir los recuerdos como algo muerto y vivir las personas y los acontecimientos como algo nuevo, recién estrenado, abierto a la sorpresa que cada momento puede descubrir. Es el ahora lo que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible, ahora es la realidad.

· El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieres. El dejar que cada uno haga lo que quiere y debe, ese es el amor.

· A veces, con la mejor voluntad del mundo, la persona religiosa es opresora. No se puede dar libertad si tú no eres libre. No puedes amar si tú no te amas.

· Tu acción debe venir de tu sensibilidad, de tu pensamiento elaborado y consciente, de tu profundo convencimiento, no de tu ideología.

· Piensa por ti mismo. Ten criterio propio, sin miedo a equivocarte. No debes ser pensado por una doctrina, por una ideología. La vida es la realidad y está más allá de las doctrinas y de las ideologías.

· Lo importante es el amor, la vivencia del amor, no las doctrinas, las ideologías, los grandes esfuerzos de erudición de los seudosabios al uso.

· El esforzarme yo en ver como eres tú, y comprenderte y aceptarte como tal y como eres, ese es el amor.

· Estas son las tres señales de estar despierto: perdonar, aceptar, y responder ante todo con el amor.