Militares ucranianos y prorrusos denuncian violaciones

Kiev

El mando militar ucraniano y las milicias separatistas prorrusas se acusaron hoy mutuamente de violar en reiteradas ocasiones la tregua en la zona del conflicto en el este de Ucrania, donde han muerto ya más de 6 mil personas.

Esta madrugada, los separatistas lanzaron un total de 80 misiles Grad contra posiciones de las tropas gubernamentales, según el parte del cuartel general de las fuerzas ucranianas desplegadas en la zona del conflicto.

«En los últimos días han aumentado considerablemente los ataques con armamento pesado contra las posiciones ucranianas» , se afirma en el comunicado castrense, que no informa de bajas en la filas de las tropas gubernamentales.

La Guardia Nacional, dependiente del Ministerio del Interior de Ucrania, comunicó que dos de sus efectivos resultaron heridos hoy en un combate junto a la localidad de Shirókino, en el sur de la región de Donetsk, a orillas del de Marzo de Azov.

A su vez, la jefatura de las milicias de la autoproclamada república popular de Donestk, denunció hoy que las fuerzas ucranianas atacaron con misiles Grad la localidad de Novo-Marievka.

«Un miliciano murió a consecuencia de ese ataque» , informó DAN, la agencia de noticias de los separatistas de Donetsk.

Los acuerdos de Minsk para el arreglo del conflicto en el este de Ucrania establecen que las tropas ucranianas y las milicias prorrusas no pueden tener armamento pesado en una franja de varias decenas de kilómetros a lo largo de la líneas de separación de fuerzas.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, denunció ayer que las milicias separatistas, con el apoyo de Rusia, llevan a cabo una «gran concentración de hombres y armamento pesado».

En una intervención en la Rada Suprema (Parlamento) , Yatseniuk subrayó que la situación en las regiones orientales del país es «extremadamente complicada» y que «la agresión rusa está lejos de terminar» .

Ucrania ha declarado «país agresor» a Rusia, a la que acusa de enviar tropas y armamento para apoyar la sublevación prorrusa, extremo que Moscú ha negado