A pesar de los grandes días de pago, muchos jugadores de la NFL se meten en problemas financieros tras su retiro y uno de cada seis se declara en bancarrota, en menos de 12 años de haber colgado los tacos.
«Los jugadores con carreras de mediana duración (de tres a cinco años) ganan alrededor de 3.2 millones en un par de años. Si ellos ven a futuro y son pacientes, deberían guardar una buena parte de sus ingresos y prever qué harán con él una vez que se retiren de la NFL», expresan Kyle Carlson, Joshua Kim, Annamaria Lusardi y Colin F. Camerer, en un análisis publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos.
Los investigadores encontraron que 15.7% de los jugadores que se declaran en quiebra lo hacen dentro de los 12 primeros años de su retiro, sin que sea una garantía el haber tenido contratos de Superestrella.
Los cuatro investigadores recopilaron datos de 2 mil jugadores seleccionados por los equipos entre los drafts de 1996 y 2003, para después analizar los ingresos comparándolos con los casos de bancarrota. Para ello dispusieron de las cantidades que ganaron de cerca de 900 jugadores.
El estudio revela que pocos jugadores se declararon en bancarrota mientras están en activo. Sin embargo, el número aumenta gradualmente a los dos años del retiro. Jugadores como Chris McAlister, Jamal Lewis, Tiki Barber, Vince Young y Deuce McAllister son claro ejemplo de ello.
El mayor de los casos es el de Michael Vick, quien pese a seguir activo, previo a ir a prisión en 2007 por organizar peleas de perros, ya había despilfarrado más de 130 millones de dólares que le había pagado Atlanta.
Jamarcus Russell es otro que llama la atención , luego de ser el primer drafteado en 2007, se retiró en 2009, para hoy estar en bancarrota, pese haber firmado un contrato con Oakland por 40 millones de dólares.
