Aunque no habría acceso al entrenamiento, de cara al Derbi Regio 104, la afición del Monterrey, se trasladó al Barrial, sede de los albiazules, y desde afuera lanzar canticos y porras a favor de los suyos.
Cerca de un centenar de aficionados de La Pandilla hicieron fiesta a las afueras del recinto albiazul, fanáticos que dejaron sus labores y quienes hicieron todo por ver a sus ídolos pues hasta se subieron arriba del autobús y desde ahí podía divisar la práctica pero muy a lo lejos.
“Solo alcanzamos a ver a Jonathan, quizá ese sea Dorlan, ‘nombre’ ni se ve nada”, dijo un seguidor quien no perdía el optimismo.
La fiesta inició alrededor de las 10 de la mañana, la mayoría de las canciones eran a favor del conjunto albiazul y nada más en una ocasión se acordaron de Tigres, el acérrimo rival
“Si nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán”, era una parte del cántico.
Poco antes del mediodía la mayoría de los aficionados decidieron retirarse lamentándose no haber podido ver de cerca a sus ídolos.
TIGRES CON POCO APOYO
El equipo dirigido por Ricardo Ferretti entrenó en la cancha de la Facultad de Medicina, a donde acudieron poco más de 50 aficionados; se esperaba hubiera cientos, tal como se apoyó al equipo previo a un juego de Libertadores, pero los hinchas presentes estuvieron de lo más tranquilos, sin cánticos como se imaginaba estaría amenizada la práctica.
