Fluffy bunnies y el Estado de derecho

Jorge Fábregas es más optimista que el texto que escribió, con todo y que la obra que escribió es ficción y que la vida real no ha mejorado mucho.
Una noche escuchó los rafagazos de una “ejecución” afuera de su casa y a la mañana siguiente, cuando vio el libro infantil que tenía su hijo, se vio obligado a admitir que los ciudadanos somos como conejitos de peluche, “fluffy bunnies”, incapaces de hacer nada más que meterse al corral cuando la violencia se sale de control, a cuidar a las crías y esperar que no pase nada. Hasta que un día algún conejito se cansa y pretende que puede defenderse con el mismo nivel de violencia.
Esto pasó hace tres años, cuando los medios no hablaban de las autodefensas de Michoacán y cuando no había ocurrido la violencia de Ayotzinapa. Y “Fluffy bunnies” se convirtió en un texto para el teatro con una historia que, curiosamente, coincide mucho con escenas de la vida actual de México. El texto de Jorge Fábregas, dramaturgo y narrador tapatío, se convierte a partir de hoy en un montaje con una breve temporada de presentaciones, bajo la dirección de Sara Isabel Quintero y con las actuaciones de Azucena Evans, Javier Lacroix y Avraham González.
Al final, el montaje retrata efectivamente una tragedia, dice el autor del texto original: la gran tragedia de la ausencia del Estado de derecho, con tres personajes que hablan desde los restos de una ciudad asolada por la violencia y que, en lugar de seguir siendo sencillos conejitos, decidieron reaccionar. “En algún momento tenemos que defendernos”, señala Fábregas, porque, ante la ausencia del Estado que debería protegerlos, los personajes de su texto discurren que nadie va a defenderlos de la violencia… y reaccionan en consecuencia.
El panorama se parece mucho al del país, pero en la vida real, opina Fábregas, no tenemos por qué conformarnos con la salida violenta o trágica: “El país no va a irse al acabóse; tienen que ganar los movimientos civiles, los mexicanos seguramente vamos a ganar, porque somos más fuertes que eso como ciudadanos. Creo que no habrá una gran tragedia, una dictadura o una guerra”.