La réplica de la Cueva de Chauvet abre sus puertas en el sur de Francia

La «Caverna del Puente de Arco», una réplica de la cueva de Chauvet descubierta hace 20 años en el suroeste de Francia con unas pinturas rupestres de 36.000 años de antigüedad, será inaugurada el viernes por el presidente François Hollande.
A vista de pájaro, un kilómetro separa la verdadera cueva, inscrita en junio pasado en el patrimonio mundial de la Unesco, pero cerrada al público para preservar su tesoro, de su reproducción al milímetro. La cueva de Chauvet original, inviolada durante 20.000 años gracias a un desprendimiento de roca que tapió su entrada, fue descubierta el 18 de diciembre de 1994 por tres aficionados a la espeleología: Jean-Marie Chauvet, Eliette Brunel y Christian Hillaire.
Para penetrar en su réplica, en una zona donde abundan las cuevas y los vestigios prehistóricos, el visitante desciende una larga rampa de cemento, antes de ingresar en la oscuridad del antro paleolítico, donde la temperatura baja y la humedad atmosférica sube, como en la verdadera caverna. El número de pinturas de animales aumenta a medida que se avanza en la visita: en total, 1.000 dibujos de los cuales 425 representan animales de 14 especies diferentes (osos de cavernas, felinos, búhos…) fueron reproducidos al carboncillo, como hacía el auriñaciense, nuestro an-cestro homo sapiens.
Los 8.500 m2 de la verdadera cueva «fueron compactados en 3.500 m2 en el suelo y 7.500 m2 en los muros», afirma Pascal Terrasse, responsable del proyecto.
Se utilizaron técnicas ultramodernas para reproducir los dibujos, como la 3D, con la ayuda de ingenieros, escultores y pintores, entre otros expertos.
Un equipo de diez personas trabajó también durante casi cuatro años para reproducir de forma minuciosa los «espeleotemas» de la cueva de Chauvet, es decir, las estalactitas, estalagmitas y otras formaciones nacidas de la acción del agua sobre la roca.
El proyecto representa una inversión de 55 millones de euros y se espera la visita de 350.000 personas cada año.