«El arte de dar gracias. Los exvotos pictóricos de María del Rosario de Talpa»

Un exvoto es un objeto que testimonia una promesa hecha por una persona que padeció alguna circunstancia que lo obligó a pedir algún favor o protección a su culto de devoción, explica la investigadora Elín Luque Agraz, quien acaba de publicar el libro bilingüe El arte de dar gracias. Los exvotos pictóricos de María del Rosario de Talpa, que compila uno de los más importantes acervos pictóricos de México, donde se sabe que Frida Kahlo descubrió dos exvotos que la inspiraron a pintar su famoso cuadro Unos cuantos piquetitos, de 1935.
“Los exvotos pintados son un patrimonio artístico y cultural que también pueden ser vistos como documentos que reflejan la historia de una comunidad, una forma alternativa de ver a través de las imágenes”, asegura la historiadora del arte que dedicó cinco años al censo e investigación de estas obras de arte hechas por pintores anónimos conocidos como “retableros populares”, donde lo más valioso es que se trata de un arte vivo hasta nuestros días.
Son testimonios gráficos que muestran la evolución de las comunidades aledañas al santuario, en este caso de Jalisco. “Son piezas que relatan las enfermedades de la comunidad, la evolución de su arquitectura, su forma de vestir, la situación de los migrantes y cómo ha cambiado la geografía de la zona, los accidentes y hasta el problema de tala de árboles, lo cual documenta la historia de esa comunidad.
¿Hay alguna relación entre los exvotos de uno y otro lugar?, se le pregunta a Elín Luque. “Todos los exvotos tienen relación entre sí. Podemos ver la colección de San Juan de los Lagos o del Santo Niño de Atocha y todos tienen correspondencia en cuanto a su iconografía, la forma de plasmarse y en cuanto a la división iconográfica”.
Sin embargo, asevera que cada santuario tiene sus propias características. “En particular, Talpa contiene exvotos dedicados por personas que padecen problemas neurológicos, así como documentos que se relacionan con la producción de Frida Kahlo o exvotos que muestran la tala de árboles en la región… todos en su conjunto son un patrimonio de esa zona de Jalisco”, advierte.
¿Se les puede considerar obras de arte?, se le inquiere. “¡Desde luego que sí!, pues son piezas hechas por un artista retablero a quien se le conoce como “popular”, son piezas originales, no hechas en serie. Y a diferencia de la artesanía, que sí es hecha en serie, los exvotos cuentan la historia de una persona, por tanto son únicas”.
Al respecto, Manuel Olimón, de la Academia Mexicana de Historia, asegura que las piezas de este acervo pueden verse desde distintos ángulos: “como seguimiento de la historia de nuestra patria, de conflictos que van desde las guerras civiles del siglo XIX hasta la amenazas contemporáneas de la narcocultura y los secuestros”.
Exvotos perdidos
Según el levantamiento realizado por la investigadora en la Basílica Menor de Nuestro Señora del Rosario de Talpa, ésta cuenta con al menos dos mil exvotos, de los cuales en su publicación reproduce 100, sin contar los que se reproducen en la actualidad.
El exvoto más antiguo con que cuenta este recinto data de 1864, sin embargo la mayoría de sus piezas abarcan de 1930 a nuestros días. “Por desgracia los exvotos creados entre 1864 y 1934 se han perdido, pues aunque es una época que sí tuvo muchos se perdieron por descuidos o circunstancias naturales, aunque desde hace 30 años Francisco Arias ha impulsado su cuidado y conservación”. En el caso de Talpa, la mayoría de los exvotos tienen una antigüedad de un siglo.
¿Cuál es el santuario con el mayor número de exvotos en México? “Es difícil decir cuál es el más grande porque los inventarios varían mucho; quizá el más grande sea el de San Juan de los Lagos, con más de cinco mil exvotos, y le sigue el santuario del Santo Niño de Atocha con más de tres mil”, aunque en este último caso cada vez que llega un nuevo rector manda a fumigar y se pierden, pues se permite que los saqueadores los desaparezcan.
¿Cuántos tipos de exvotos existen?, se le pregunta. “hay muchas técnicas. Para este libro me enfoqué al exvoto pintado. Pero también existen esculturas, como La victoria de Samotracia, resguardada en el Museo Louvre de París; otros arquitectónicos, como la Iglesia de San Carlos en Viena (dedicada a San Carlos Borromeo), así como otros personales, como una trenza de cabello, un cordón umbilical y hasta el vestido de novia”.
El exvoto, reconoce, es un objeto que se entrega en forma de agradecimiento. Sin embargo, para esta investigación se enfocó a la imagen como elemento artístico.
¿Cuándo nacieron los exvotos pintados?, se le cuestiona. “Del siglo XIV y surgieron en Italia, donde existe un acervo riquísimo de aquella época, el cual ingresó a México a través de la Conquista y el culto mariano. Aunque debo decir que el exvoto como objeto nació cuando el hombre tuvo la necesidad de comunicarse con lo sobrenatural y agradecer alguna circunstancia”. Un ejemplo claro se ha encontrado en las Cuevas de Altamira, asegura, donde existen ciertas imágenes que podrían pensarse como exvotos. “Es más, muchos de los objetos que los atletas depositaban en el Partenón, durante la antigua Grecia, son exvotos, es decir, agradecimientos a una deidad”.

Por último, Luque Agraz aclara que los exvotos más antiguos llevan la cartela (leyenda donde se deja el testimonio del devoto) se coloca en la parte inferior. “Pero a medida que éstos se han modernizado, sólo se plasma el escenario y van desapareciendo las cartelas y las imágenes de culto. Incluso, en los más recientes exvotos, utilizan fotografías intervenidas.

El arte de dar gracias. Los exvotos pictóricos de María del Rosario de Talpa, se divide en dos partes. En la primera explica el contexto del exvoto y los retableros del museo de Talpa; y en la segunda describe los tipos y características de las piezas, así como documentos votivos de gran valor, como una carta de esclavitud católica de 1859 dedicada.