La Red de Apoyo a la Investigación

En una acción probablemente sin precedente en nuestro medio, cuatro institutos nacionales de Salud, la Universidad Nacional Autónoma de México y fundaciones privadas han conjuntado esfuerzos para generar una unidad de investigación en salud que ofrece tecnología de punta para estudios complejos en medicina y biología. Se trata de la recién instalada Red de Apoyo a la Investigación (RAI) que se localiza en su mayor parte en el edificio de radio-oncología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). Esta unidad está equipada con tecnología avanzada para análisis genómico complejo con plataformas que permiten secuenciar genomas desde pequeños (como bacterias) hasta gigantes (como el humano), en forma completa, en cuestión de horas. Equipos para citometría de flujo que permiten la separación de células específicas a partir de diversos tejidos. Tecnología avanzada en biología molecular para la secuenciación masiva de muestras de DNA, así como la amplificación del mismo mediante reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real. Un Biacore capaz de analizar interacciones entre moléculas que son muy útiles en el diseño y desarrollo de nuevos fármacos. Una unidad de microscopía que incluye electrónica y confocal, con equipos sumamente sofisticados, que incluye una pinza láser para asilar una sola célula a partir de cultivos. Esta unidad de microscopía es la parte de la RAI que se encuentra fuera del INCMNSZ, ya que se localiza cruzando la calle, en el Instituto Nacional de Cancerología. Contamos con una unidad de bioinformática que tiene un centro de cómputo capaz de manejar enormes cantidades de datos y con acceso a supercómputo de la UNAM. Cromatografía líquida y de gases de alta precisión. Esperamos pronto contar también con espectofotómetro de masas de avanzada tecnología. Todo esto aderezado con lo más importante que es el recurso humano, con la capacidad de manejar una unidad de tan alto nivel. La participación de la UNAM ha sido fundamental en este aspecto. A través de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM y con el apoyo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad se han contratado para la RAI quince investigadores y técnicos académicos del más alto nivel que serán los encargados del funcionamiento de la misma. Esto incluye especialistas en bioinformática, ya que la cantidad de datos que se generan en este tipo de análisis requiere de gente experta en este campo. El Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez y el Instituto Nacional de Medicina Genómica son los otros dos socios del consorcio que han puesto a disposición de la RAI trabajo humano y tecnología de alto nivel localizada en cada uno de ellos.
La idea de la RAI es poner al servicio de los investigadores en biología y en salud, así como también de la creciente necesidad en medicina clínica, tecnología que no puede ser sostenida por un solo grupo de investigación. Se trata de análisis biológicos que requieren de equipos sumamente caros y cuyo costo de operación es tan alto, que la única forma en que pueden existir y funcionar es si son utilizados por múltiples grupos de investigación. Con esto, los costos por reacción se vuelven razonablemente accesibles. En medicina clínica también se empieza a requerir de este tipo de tecnologías. Por ejemplo, en ciertos tipos de cánceres, la lista de marcadores genómicos de riesgo, protección o predictores de respuesta a agentes quimioterapétucos cada vez es mayor. De forma tal que empieza a ser necesaria la secuenciación de decenas o centenas de genes a partir de células normales de un individuo.