Cinco zonas corporales que «delatan» la edad de un hombre

Las mujeres envejecen 10 años antes que los varones; pero en ellas este proceso es más lento, razón por la cual a partir de los 35 a 40 años a un hombre “le caen el tiempo encima” de forma rápida. Para la bioquímica María Laura, el sexo masculino presenta arrugas más profundas y mayor flacidez en cara y cuerpo.
El ritmo de envejecimiento lo determina en 30% la genética y en 70% los hábitos de vida, firma Jesús Tresguerres, experto de la Real Academia Nacional de Medicina. Sin embargo, no se desarrolla de forma uniforme en el cuerpo, en ocasiones se presenta primero en el abdomen.
Sigue su rastro
Aunque una buena vestimenta puede engañar a primera vista, existen zonas del cuerpo masculino donde el paso de tiempo es notorio.
1. Oído externo. Mayor cantidad de vello, éste se acumula en el pabellón auditivo.
Otro signo visible y común es el continuo crecimiento de la oreja, que se origina por la pérdida de elasticidad.
Así lo señala un estudio realizado por el experto Juan Carlos Cobo Do-mingo.
2. Más delgado. Los hombres generalmente aumentan de peso más o menos hasta la edad de 55 años aproximadamente y luego comienzan a perderlo. Esto puede estar relacionado con una disminución en la hormona sexual masculina testosterona. De acuerdo a un artículo de la Clínica Dam.
3. Rostro. Con la edad, se produce una pérdida de volumen de los tejidos adi-posos profundos, que hace que los compartimentos superiores se desplacen, dando lugar a los surcos de la piel, señala el cirujano plástico, Jesús Benito Ruiz.
4. Nariz. Se alarga y se agranda con los años pero la capacidad para detectar olores disminuye.
5. Uñas de las manos. Estas crecen más despacio, se vuelven más opacas, cambian de color y a menudo surgen surcos longitu-dinales.
Las mujeres viven más que los varones. Esto tiene dos explicaciones. La primera es que los estrógenos actúan como protectores ante las agresiones externas que aceleran el envejecimiento.
La segunda es que el metabolismo femenino tiene una asimilación más lenta y esto ayuda a tolerar mejor las adversidades del ambiente, afirma la genetista Liliana Alba, jefa del departamento del Centro Nacional de Genética Médica.