UNESCO cuida y promueve labor de conservación de ruinas de Pompeya

Sepultada por la erup-ción del volcán Vesubio en el año 79 de nuestra era, Pompeya permaneció durante 17 siglos resguardada de los efectos del clima y del medio ambiente, lo que le permitió convertirse en la ciudad de época antigua mejor conservada hasta estos días.
Tras su descubrimiento en 1748, la urbe quedó expuesta a los elementos naturales, lo que aunado a la incuria y al saqueo causó daños que en 2013 llevaron a la UNESCO a amenazar con borrarla de su lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad.
Con una superficie excavada de 44 hectáreas, con un total de mil 500 edificios, dos millones de metros cúbicos de muros, 17 mil metros cuadrados de frescos, 20 mil de enlucidos y 12 mil de pisos, Pompeya se había vuelto noticia por los constantes derrumbes en su zona arqueológica.
Una misión de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) concluida en diciembre pasado certificó, no obstante, que existían “mejoras tangibles y significativas en el estado de conservación de Pompeya”.
Italia ha hecho esfuerzos considerables al adoptar las recomendaciones del World Heritage Committee de la UNESCO”, señaló el reporte.
Señaló que se han hecho “sustanciales obras de restauración”, principalmente en el marco del Gran Proyecto Pompeya.
Que con un presupuesto de 105 millones de euros (113 millones de dólares) es financiado principalmente por la Unión Europea.
La UNESCO subrayó que ese proyecto, anunciado en 2012 pero que entró en operación apenas el año pasado, ha dado resultados positivos, por lo que consideró superada toda la polémica respecto a la inscripción del sitio arqueológico en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Los derrumbes son un hecho normal, ocurren desde 1748 y ya desde las primeras relaciones se señalaban caídas de muros”, dijo el arqueólogo Antonio Varone, responsable de bienes arqueológicos de Nápoles y Pompeya por parte del ministerio de Cultura italiano.
Resaltó que el problema es que la argamasa (mezcla de cal o cemento, arena y agua) está desgastada y presenta lesiones.
“Es una argamasa que ha durado más de dos mil años, por lo que es muy fácil que se abran grietas estructurales en estos muros”, destacó.
Los derrumbes no han ocurrido solamente a partir de 2010 (cuando se lanzó la alarma mundial sobre el estado de Pompeya).
Los primeros reportes del siglo XIX y las primeras fotografías del siglo XX ya señalaban notables diferencias entre lo que existía primero y lo que quedaba después con el paso del tiempo”, añadió.
Varone, que tras el derrumbe de un muro de Pompeya fue inscrito por la magistratura en el registro de indagados (aunque después fue absuelto), dijo que ahora, con mejores técnicas de conservación y restauración, el compromiso es hacer durar a Pompeya el mayor tiempo posible.
En ese sentido, resaltó la reapertura la Villa de los Misterios de la urbe, presentada el pasado 20 de marzo a los medios y que fue sometida a una restauración que permitió recuperar frescos de más de dos mil años de antigüedad.
Según el arqueólogo, la ciudad fue fundada en torno al siglo VII antes de Cristo, aparentemente por los oscos, aunque después resintió la influencia de los griegos y los etruscos y en el siglo III antes de Cristo fue conquistada por los romanos.
Pompeya llegó a ser un importante polo comercial, exportando en todo el Mediterráneo aceite de oliva y vino.

Bajo el dominio de Roma tuvo un importante desarrollo urbanístico, con la construcción del foro, del Templo de Júpiter, de Isides y de la Basílica, además de numerosas y lujosas casas y villas residenciales.

Con los romanos se convirtió primero en “municipium”, gozando de una independencia parcial (gracias al apoyo dado durante la Segunda Guerra Púnica) y después colonia, con el nombre de “Cornelia Vaneria Pompeianorum”.

En el año 62 de nuestra era, la ciudad fue afectada por un violento terremoto, aunque los daños fueron parcialmente reparados.

El 24 de agosto del año 79, sin embargo, Pompeya y las vecinas ciudades de Herculano, Estabia y Oplonti fueron sepultadas por toneladas de cenizas y lapilli lanzados por la violenta erupción de tipo explosivo del volcán Vesubio.

En una carta dirigida a Tácito (cónsul y gobernador del imperio romano), el científico, abogado y escritor Plinio el Joven dejó testimonio para la posteridad de la tragedia que costó la vida a miles de personas, entre ellas su tío, Plinio el Viejo.

Dijo que su pariente, inicialmente interesado por razones científicas en acercarse por mar a la erupción, encabezó en cambio una flota de ayuda tras recibir una carta en la que Rettina, esposa de Casco, “aterrorizada por el peligro inminente”, le suplicaba que acudiera en su ayuda, pues su casa estaba cerca del área del desastre.

Según la crónica de su sobrino, Plinio el Viejo, murió asfixiado a causa de las exhalaciones sulfúreas provocadas por la erupción tras llegar con sus galeras a Estabia.