Presenta Julia Santibáñez su libro «Rabia de vida/Rabia debida»

Escribo porque cada día me asomo al mundo, paso unas horas en él y, cuando regreso, siento la necesidad de plasmar lo que vi, lo que pasó por el filtro de mis emociones y fantasías, ante qué me rebelé o no me atreví. Es decir, cuando estoy de nuevo sola necesito volcarme en líneas en las que me reconozca”, afirmó la escritora Julia Santibáñez.
Escribo para conectar con otros. Escribo para plasmar las cosas que no sabía que sabía, la experiencia de vida que me es única y, en consecuencia, que me hace cercana a todos, porque no somos tan distintos”, agregó la también editora la noche del jueves durante la presentación de su primer poemario, Rabia de vida/Rabia debida (Editorial Resistencia), en el Centro Cultural Bella Época.
Compuesto por 42 poemas de diversa extensión e ilustrado por Alejandro Pérez, este poemario hurga en el complejo tema del erotismo y el amor, intenta responder a la pregunta ¿dónde acaba uno y comienza el otro?, y describe esos momentos en que “fortaleza y fragilidad explotan y se confunden”.
La maestra en letras explicó que eligió el erotismo por lo inasible, lo efímero, lo fugaz, lo complicado de ponerlo en palabras. “Intento trazar una posible biografía con el alfabeto, crear un idioma propio.
No porque sea mejor ni más interesante, sino sólo porque refleja el jardín real en el que amanezco a diario, y el imaginado en el que me gustaría despertar; la aproximación a las cosas desde mi historia, desde este estómago del que hablo, aunque sea feo, pero es mío”, añadió.
La directora editorial de la empresa Televisa está consciente de que este intento no es seguro, que entraña dificultades. “Mientras salgo a buscar mi voz, camino a la orilla del precipicio, un pie a la vez.
Me enfrento al riesgo del poema fallido, que dice lo que no quiero decir o no dice nada, que roza el lugar común. Así, entre tropezones y vergüenzas, a veces tengo suerte y sale un buen poema”.
La autora de Coser con tu nombre reconoció que la poesía “es un virus tenaz, incurable, porque hacer poesía no es una profesión en el sentido convencional, pero sí en el de su etimología, como se profesa un credo o una idea. Implica fe en la palabra. Me alimenta diario.
Espero que los versos sean un espejo que reflejen al lector”, dijo. Santibáñez estuvo acompañada en la presentación del libro por el escritor y conductor Eduardo Casar, quien destacó que “la clave semántica de muchos de los poemas de Rabia de vida…, de la mayoría, es sin embargo el combate.
Parecen haber sido hechos bajo el emblema de Góngora, ese verso prodigioso que dice ‘A batallas de amor, campo de plumas’”.
Casar señaló que el erotismo “es un instrumento milagroso para expresar la complejidad del deseo, la complejidad de ese fragor, esa tormenta, esa especie de cosa rara que es la vida amorosa.El erotismo está en muchos sitios, se mueve siempre y hierve sin evaporarse”.
Aseguró que, en esta propuesta poética de Santibáñez, “queda clara la alegría que hay en el erotismo, porque por lo general está teñido por otros afanes más oscuros, más graves o más adulterados.
Me gusta el equilibrio, porque se trata de una lucha en la que hay dos vencedores”.
Ambos escritores leyeron algunos de los poemas de Rabia de vida…, ante el oído atento de los espectadores congregados, quienes al final buscaron “este poemario intenso” que, en palabras de Mónica Lavín, quien escribe el prólogo, “se lee con el cuerpo”, “es una declaración de cuerpo presente”.