La obra de Mozart, «Lenguaje materno»; recitales, Cenart y en Bellas Artes

La música de W.A. Mozart es perfecta no sólo porque está impregnada de belleza e inteligencia, sino porque sus notas configuran una especie de lenguaje materno creado por un genio, aseguró el clarinetista francés Paul Meyer (Mulhouse, Francia, 1965), quien se presentará por primera vez en México el 26 y 27 de marzo en dos conciertos con el Cuarteto Latinoamericano, dentro del festival Esto es Mozart.
“Su lenguaje es absolutamente increíble e inspirador. Es un lenguaje que habla a todos, pues Mozart tiene la habilidad de hablar con cada ser humano con sus piezas. Sin duda se trata de un gran genio”, dijo en fonocon-ferencia desde Francia, en las instalaciones del INBA, e insistió en que la música mozartiana incluye todas las dimensiones de religión, relaciones, amistad y humor que pueden acompañar a la humanidad.
Sobre las dos presentaciones que tendrá en México con el Cuarteto Latinoamericano, detalló que la primera se llevará a cabo el 26 de marzo en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), y el viernes 27 en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ambos a las 18:00 horas.
El programa de Paul Meyer y el Cuarteto Latinoamericano incluirá piezas como el Cuarteto de cuerdas No. 19, Disonancias y el Quinteto para clarinete y cuerdas, de W.A Mozart.
Sobre su conocimiento del Cuarteto Latinoamericano, Meyer aseguró que nunca han trabajado en conjunto, aunque no desconoce la calidad del cuarteto mexicano. “Me siento muy feliz de estar en la Ciudad de México, de conocer a su gente y a los músicos del Cuarteto Latinoamericano. Mis amigos me han dicho que son músicos fantásticos”.
Sin embargo, reconoció que ésta será su primera oportunidad para asomarse al panorama musical de nuestro país. “En realidad no conozco a ningún otro músico relevante de la escena mexicana, sólo a Enrique Diemecke, pues me son más familiares los músicos de Venezuela, Colombia y Argentina. Así que espero mucho de esta primera visita”, expresó.
Durante la charla con los medios, el clarinetista que debutó a los 13 años en su provincia natal de Mulhouse, aseguró que no reconoce la diferencia entre la música clásica y la contemporánea.
“Para mí no hay diferencia. Amo el estilo clásico, sin duda, y he tocado innumerables conciertos y óperas de Mozart, que en el fondo es mi compositor más amado, pero cada música tiene su propio estilo”, aseguró.
¿Cómo consigue combinar su trabajo como solista y director de orquesta?, se le preguntó. “Bueno, hasta hace 50 o 100 años no existía diferencia alguna.
Todos los conductores eran músicos o directores, eran dos actividades complementarias que se realizaban juntas o separadas.
En mi caso, la semana pasada conduje una sinfonía y a la semana siguiente toqué mi instrumento. Para mí es normal hacer ambas actividades”.
Innovar el lenguaje musical
Paul Meyer comenzó a tocar el clarinete desde los ocho años, debutó a los 13 años y en 1984 ganó la prestigiosa competencia Jóvenes Artistas en Nueva York. Es considerado uno de los alumnos de Benny Goodman, cuya influencia y amistad jugó un papel importante en su carrera.
“Sí, empecé muy joven a tocar, con una banda, algo muy amateur a los 13 años. Así que desde entonces la música siempre me ha acompañado”, recordó. En la actualidad recuerda que conoció a Goodman a los 19 años. “Entonces no lo conocía e imagina lo importante que fue para mí conocer a un personaje así, en un momento tan importante para mi vida. No hay duda de que él me transmitió lo que sabía y sobre sus importantes composiciones”.
¿Qué podría decir sobre las innovaciones de Mozart con el clarinete?, se le cuestionó. “En ese tiempo se innovó en la construcción del instrumento y de la música donde Mozart encontró una manera de agregar notas para generar esta música”.
Es claro que Mozart tenía muchos sentimientos, mediante los cuales transformaba todos los instrumentos, no sólo el clarinete. Su idea siempre fue aprovechar los instrumentos al máximo.
Paul Meyer se convirtió en el clarinetista principal de la Orquesta de la Ópera de Lyon, a los 19 años del Ensemble Intercontemporain y a los 20 de la Orquesta de la Ópera de París.
Ha sido invitado a tocar en Europa, EU y Australia, con directores como Yehudi Menuhin, Kent Nagano y David Zinman. Ha participado con cuartetos como el Emerson, Cherubini y con solistas como Yo-Yo Ma, Barbara Hendricks y Mstislav Rostropovich, entre otros.