Festival del Centro Histórico pierde diversidad

En camino de una dirección diferente a la que se había enfilado en los últimos años, con riesgo de perder los espacios públicos y los auditorios que había generado a lo largo de más de tres décadas y lejos de propiciar el acercamiento con la diversidad y la formación de nuevos públicos, está el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, el encuentro artístico y cultural más longevo de la capital del país.
Si bien los cambios habían impactado la organización del encuentro durante los últimos años, en su edición XXXI, que se realizará del 25 de marzo al 12 de abril, el viraje ha sido completo. Su nuevo director, Sergio Vela, ha programado el fin de espectáculos en plazas públicas concentrándose en la utilización de teatros como el de la Ciudad de México o del Palacio de Bellas Artes y sin la presencia de representación de géneros como la música electrónica, alternativa, el rock o el teatro callejero, que habían valido prestigio al festival.
“Yo siempre he considerado que el festival más arriesgado siempre fue el del Centro Histórico, con lo que veo ahora me parece una decisión que va en otra dirección a la que se había desarrollado en los años que nosotros participamos, y que era lo maravilloso, justamente tener tantos perfiles, involucrar tantas disciplinas en tantos espacios. Tener una trayectoria con espacios internos como eran Radar, Aural, Animasivo, que le daban una riqueza impresionante”, opina Fernando Llanos, quien se desempeñó durante cuatro años como director del encuentro dedicado a la animación.
Este año, la argumentación de Vela ha sido contundente, el día de la presentación del encuentro (Excélsior 30/01/2015) dijo que “se trata de ser selectivos y no excluyentes” y sostuvo que una de sus apuestas es “hacer un festival orgánico y no mantener los pequeños capítulos aislados que resultaba una oferta dirigida solamente a un sector del público en lugar de integrar las propuestas”. El director artístico y expresidente del Conaculta se refería a los festivales que ahora no ocupan un lugar en la agenda del encuentro.
Llanos ve en esa variedad una de las fortalezas del festival: “Me sorprende este cambio, a mí me gustaba su riqueza, pero habrá que darle el beneficio de la duda a quien ha tomado la batuta. Primero fui fan del festival con toda la gente que programaba cosas, creo que era muy incluyente, había para todos los perfiles, se expandió muchísimo, involucrando no sólo a las calles sino en otras sedes, se iba ganando terreno”, considera.
El artista visual recuerda que Animasivo fue impulsado durante la dirección de José Wolffer. La idea era generar diferentes perfiles de atención que se nutrían con el público del festival. Desde motivar a los nuevos creadores, generar intercambios con artistas internacionales o comisionar piezas con artistas nacionales y extranjeros, formaban parte de la apuesta. En cuatro años, que el encuentro formó parte de la programación logró posicionarse como el más importante de la animación en México y el tercero a nivel latinoamericano.
Llanos dice que era impresionante ver a 55 mil personas viendo animación en la plancha del Zócalo. Animasivo se enganchaba con otros pequeños festivales que se realizaban en el marco del Festival del Centro Histórico como Radical Mestizo, que lograron congregar hasta 80 o cien mil personas en los conciertos que programaba.
“El festival Radical Mestizo que yo inicié en 2000, con un nombre que pretendía cuestionar el término en boga de músicas del mundo, de la world music, un término anglosajón, egocéntrico, pretendía hablar de que la música se produce a partir de mestizajes y de fenómenos de ruptura”, recuerda José Luis Paredes Pacho. Bajo ese concepto, formaron parte del festival músicos como Bebo Valdés y Diego El Cigala, antes de que saliera su famoso disco Lágrimas Negras; Goran Bregovic, la banda Ojos de Brujo o Manu Chao, que se presentaban gratuitamente en plazas como el Zócalo capitalino o la Plaza de Santo Domingo.
Pacho explica que Radical Mestizo dejó de ser parte del encuentro artístico de la Ciudad de México hace dos años “por una postura de estrechez económica”. El exbaterista de Maldita Vecindad opina que la difícil situación financiera del encuentro podría ser la causa de que haya abandonado las calles y la inclusión de una programación más amplia. “Es lamentable, es triste que se achique, pero entiendo que si el financiamiento es complicado, la taquilla permite navegar entre estrecheces, y los espectáculos en espacios públicos no tienen retribuciones”, opina.
La taquilla, sin embargo, parece no ser la solución para el encuentro, ayer la Secretaría de Cultura del Distrito Federal (SCDF) informó a través de un comunicado que los boletos para sus actividades serán ofrecidos con un 50% de descuento. Los días 13, sábado 14 y domingo 15 de marzo el público que desee asistir a los eventos programados en cuatro sedes de esta celebración cultural anual, podrán adquirir sus entradas a mitad de precio.
Las necesidades económicas han afectado desde hace varios años al encuentro; en 2011 le obligaron también a salir de las grandes plazas públicas pero, aun así, se decidió cerrar con un concierto en la Plaza de la República. A pesar de esa situación, un año después el encuentro fue ampliado a lugares como el Centro Cultural del Bosque, la Sala Nezahualcóyotl en Ciudad Universitaria o el Museo Diego Rivera-Anahuacalli, así como a diferentes delegaciones de la ciudad. Este año, la dependencia local ha optado por respetar la decisión de sacar al encuentro de las calles, a pesar de que su titular, Eduardo Vázquez Martín.

, afirma que la prioridad de su gestión es el espacio público: “Nosotros respetamos la curaduría, el festival ha tenido momentos en donde se ha hecho hincapié en el uso del espacio público, no es el caso de esta edición, creo que se ha privilegiado especialmente la música, la música de concierto y, bueno, yo creo que la ciudad es muy compleja, diversa para muchas manifestaciones culturales”.

“Creo que la actividad de la ciudad debe ser cada vez más por el espacio público y en ese sentido me parece debe ser un elemento a considerar, vamos a ver el resultado, nosotros hemos apoyado el festival sin condicionar los recursos, pero sí nos parece que el uso del espacio público y hacer a la ciudad el gran escenario de la cultura sigue siendo en el caso de la Secretaría de Cultura, una prioridad”, afirmó.

Este año, la dependencia local ha vuelto a contribuir con cinco millones de pesos, como lo hizo el año pasado y de acuerdo con su secretario no ha habido intervención alguna, ni sugerencia en la conformación de la programación de este año, que hasta el momento ya ha sufrido tres cancelaciones: la obra La vida es sueño. Auto sacramental de Teatro de Ciertos Habitantes que se realizaría en el Templo de Santo Domingo; el concierto Los virtuosos de Horacio Franco que se llevaría a cabo en el Auditorio de la Escuela de Medicina y el espectáculo Viaje por Europa de L’Éventail que se realizaría en el Teatro de la Ciudad.