Ecos de swing en Bellas Artes

El swing llegó al Palacio de Bellas Artes de la mano de Wynton Marsalis, el trompetista oriundo de Nueva Orleans, Louisiana, tierra que también vio nacer al jazz con Buddy Bolden.

Afuera, poco antes de iniciar el concierto la noche de ayer, aún había gente intentando conseguir entradas para escuchar a la Jazz at the Lincoln Center Orchestra, y preguntaba a los que se acercaban al recinto si tenían algún boleto de sobra. Adentro, una larga fila de músicos y amantes del jazz esperaban para acceder a la sala que sería testigo del sincretismo producto del swing y del sosiego del público.

La sala estaba ilumunada tenuemente, el escenario apenas se pintaba con las luces de las candilejas y la gente no dejaba de llegar. La luz del reflector fue la primera en ocupar el escenario y la primera en recibir la ovación del público, enseguida de apareció la Jazz at thr Licoln Center Orchestra encabezada por Marsalis.

Los músicos ocuparon sus lugares y, en cuanto la barahúnda cesó, Marsalis tomó el micrófono para dar la bienvenida, agradecer la presencia de los asistentes y, para cerrar con su discurso de introducción, agregó »disfruten de estos 90 minutos de swing».

La orquesta interpretó canciones de músicos clásicos del jazz como Duke EllingtonDizzy GillespieEddie JeffersonOscar Peterson, además de piezas compuestas por Victor Goines yTed Nash, músicos de la orquesta.

Los solos largos y los arreglos hechos a las piezas por la orquesta fueron los que se llevaron los aplausos y la admiración de los espectadores. Cada vez que un solo terminaba era aplaudido y, a su vez, los arreglos hechos a las canciones como los de «Moody’s Mood For Love» de Eddie Jefferson, cantada por los trombonistas Vincent Gardner y Chris Crenshaw, una melodía que requiere de una voz grave y una aguda, hecha por Crenshaw, interpretación que le mereció ovaciones e incluso risas.

Entre lo más celebrado por el público fue una improvisación a mitad del concierto, en la que Marsalis se acercó al pianista para tocar junto a él una pieza, con tintes en el piano de Ragtime y melodías de la trompeta que transportaban a lo clásico del Dixie de Nueva Orleans.

Para despedirse la orquesta tocó «Down by the by you» del saxofinista y clarinetista Victor Goines, que termina con un coro que repite el nombre de la canción. Concluida la pieza Marsalis presentó a los músicos que agradecían con una reverencia y la gente se puso de pie para agradecer su jazz con las palmas.

Cuando se empezaba a desalojar la sala los espectadores se llevaron una sorpresa: Marsalis, el bajista Carlos Enriquez, el pianista Dann Dimer y el baterista Ali Jackson regresaron para ofrecer dos piezas más, después se unió el saxofonísta Walter Blanding.

Con este par de baladas se dio por terminada la noche de jazz y, al final, lo único que quedó fue el eco del swing en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.