El aumento al salario mínimo, sin importar el porcentaje en que se apruebe, representa un incremento en los gastos de las empresas y en consecuencia una disminución del empleo, ya que los empresarios se ven obligados a reducir el número de plazas laborales en sus compañías, a fin de evitar un fuerte impacto financiero, señaló Marco Antonio Galina Zárate, catedrático de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) campus San Luis.
Dijo que esta disminución de plazas laborales se percibe principalmente en áreas de nivel de entrada, que no requieren trabajadores altamente calificados, sin embargo consideró que debe existir prudencia y efectuarse un minucioso análisis, antes de promover propuestas como incrementos elevados al salario mínimo en México.
Señaló que ante esta disminución de empleo se genera una mayor competencia laboral, la cual viene a afectar principalmente a 3 grupos poblacionales que son: los adolescentes recién egre-sados, los trabajadores de edad avanzada y las poblaciones minoritarias.
Mencionó que este aumento al salario mínimo, a su vez, ocasiona falsas expectativas laborales en el sector estudiantil y ocasiona un aumento en la deserción escolar, ya que ante este aumento es común que estudiantes de secundaria y preparatoria abandonen sus estudios en busca de oportunidades laborales en puestos bien remunerados.
Aclaró que esta deserción laboral es negativa, no solo por el hecho de que los jóvenes no concluyan sus estudios, sino porque comúnmente se unen a las filas del desempleo, ante la disminución de plazas de trabajo que ocasiona el incremento al salario mínimo.
Aunado a estos posibles efectos, el incremento al salario mínimo, apuntó, ocasiona un aumento en diversos pagos que están indexados al salario mínimo como son multas, algunos créditos hipotecarios, pensiones y sanciones administrativos, además de que las empresas deben erogar una mayor cantidad en aportaciones para la seguridad social de los trabajadores.
