¿Tu mascota es… feliz?

Los perros, más que los gatos, están más predispuestos a caer en una depresión; especialmente las razas pequeñas y/o mestizos y aún más si son mascotas de rescate o han vivido experiencias que los pudieran haber traumado. A diferencia de los humanos, es que terapia antidepresiva para los gatos o perros es escasa porque es muy difícil comunicarse con un animal para ayudarlo a superar una de estas situaciones. Ya sabemos que quieres mucho a tu pequeño y lo cuidas súper bien pero tal vez tu peludo siente que no está recibiendo el cariño suficiente. Tal vez se queda solo mucho rato o vive alejado de la familia o tal vez sufrió un trauma. Piensa que los cambios drásticos como una mudanza o un temblor también pueden dejar a tu mascota desorientada. Igual pasa cuando un miembro de la familia ya no está o si tu mascota fue rescatada y no logra superar lo que vivió antes de llegar a tus brazos. Lo mejor es estar al pendiente de tu animalito y llenarlo de apapachos, atención y darle la mejor calidad de vida.