Gerardo Arana promesa trunca

Entre los 20 escritores mexicanos menores de 40 años de edad que integrarán la antología México20, que descubrirá en Gran Bretaña la nueva cara de la narrativa de nuestro país, destaca un autor que murió hace dos años, el queretano Gerardo Arana Villarreal (1987-2012).
El licenciado en Letras Modernas por la Universidad Autónoma de Querétaro fue hallado muerto a los 25 años, el 29 de abril de 2012, en su casa de la colonia Las Hadas de esa entidad. El parte médico hizo referencia a “un suicidio a través de una sobredosis de medicamentos”, según los portales de noticias.
El autor de La máquina de hacer pájaros y Bulgaria Mexicali fue seleccionado para que una de sus obras, aún no se sabe cuál, forme parte del libro México20, cuya versión en inglés, publicada por Pushkin Press y el Conaculta, se presentará en la Feria del Libro de Londres, en la que México es el invitado de honor, a realizarse del 14 al 16 de abril próximo.
El hecho de que un jurado, integrado por los escritores Juan Villoro (1956), Cristina Rivera Garza (1964) y Guadalupe Nettel (1973) haya escogido el texto de un narrador ya fallecido sorprendió a diversos narradores mexicanos jóvenes, que prefieren mantener el anonimato, debido a que creen que la promoción debe centrarse en quienes todavía son una promesa literaria y se pueden enriquecer con esta experiencia.
La lista del proyecto México20, propuesto en el marco del Año Dual México-Gran Bretaña por el Hay Festival, el Conaculta y el British Council, fue anunciada el 5 de diciembre de 2014 en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se empezó a generar la polémica.
Algunos narradores consideran “poco usual” y “desconcertante” que en una antología de jóvenes escritores se incluya la obra de alguien que ya murió, sobre todo en un país donde las nuevas generaciones “vienen muy fuertes”.
Ante esto, Juan Villoro, uno de los tres integrantes del jurado, aclara por qué se seleccionó la obra del autor de la novela Meth Z (Editorial Tierra Adentro, 2014), después de que “durante cuatro meses nos dedicamos a leer a escritores menores de 40 años”.
El narrador y periodista está convencido de que “la literatura es una de las más eficaces formas de dialogar con los difuntos. La mayor parte de los escritores que leemos están muertos y alguien que muere joven no deja de pertenecer a una época ni a una generación. Al seleccionar a autores menores de 40 años, uno puede escoger a alguien que muera al día siguiente. ¿Debe ser eliminado por eso? Por supuesto que no.
“Gerardo Arana pertenece a la generación escogida. Fue un estupendo escritor que se conoce muy poco. Incluir su voz me parece incontrovertible. Hay gente que considera que cuando alguien muere se extingue.
La literatura demuestra lo contrario”, afirma Villoro vía correo electrónico.
Edgardo Bermejo, director de Artes del British Council, comparte como escritor, “a manera personal”, la certeza de que Arana merece haber sido incluido en la antología, aunque admite que no conoce su obra. “Muchos dicen que es un autor notable y un ave raris que murió muy pronto”.
Piensa que la tarea de la difusión de la literatura “también es rescatar a los autores que, por una u otra razón, se extraviaron del mapa de las editoriales. Tendríamos que ser más generosos con los escritores que quedaron fuera de la pista, como Francisco Tario, por ejemplo.
“Creo que no contraviene los propósitos y los criterios de la selección incluir a un escritor joven que murió inesperadamente, pero que hay un consenso que le reconoce como un autor con un gran potencial. Habría que ser más generosos con los muertos”, sentencia.
Por su parte, al crítico literario Rafael Miranda Bello le parece que haber incluido en México20 al autor de Neónidas y El whisky del Barbero Espadachín no es una decisión fallida, “a pesar de que con este hecho se le niega el lugar a otro escritor joven que esté vivo y lo merezca”.
Miranda detalla que “es importante su inclusión en la antología, porque, a pesar de su lamentable muerte, induce a que su obra siga siendo leída y comentada. Creo que lo más interesante de su propuesta es la audacia con la que afrontó el lenguaje en la búsqueda de una identidad narrativa, y la utilización de sus cualidades poéticas para ir tras ella”.
Textos, no autores
Partiendo de la premisa de que “toda antología es reductora, porque deja fuera más cosas de las que incluye”, Juan Villoro enfrenta las críticas que se han hecho a algunos de los escritores mexicanos seleccionados y detalla cómo fue el proceso de trabajo del jurado.
“Obviamente, cada uno de nosotros conocía a algunos, pero al final discutimos a muchísimos autores. Intercambiamos largos mensajes al respecto. Nadie tenía una agenda ni predominó una tendencia o un grupo. No pensamos en escoger autores, sino en seleccionar textos.
“Hicimos una muestra de un paisaje literario mucho más amplio. Muchos que no entraron pudieron haberlo hecho. La combinación de gustos es un juego de azar y eso lo sabemos todos los que estamos en la literatura”, explica.
El novelista y cuentista destaca que no se trata de expedir un certificado de inmortalidad. “Creo que los textos seleccionados son muy buenos y que, si alguien se interesa en ellos, se interesará en los escritores mexicanos de esa generación, incluso en los que no fueron seleccionados”. Sobre los cuestionamientos que se han hecho a algunos de los escritores escogidos, como Laia Jufresa autora de la biografía del dueño y presidente del equipo de futbol Chivas. Jorge Vergara, o Eduardo Rabasa, quien es editor del sello Sexto Piso.
, comenta:

“Me parece una terrible falta de respeto que se critique algo que no se conoce. Hicimos una antología de textos, no de personas. Lo que la gente pueda decir ahora es un prejuicio, no un juicio. Cuando conozcan los textos podrán hablar y ojalá se haga un análisis literario y no de bilis ni de envidias.

“Preguntas sobre la biografía de Laia Jufresa. ¿Eso qué tiene que ver con la calidad del texto elegido? ¿Debemos dejar de leer a Eliot porque cuando escribió La tierra baldía le pagaba un banco? Eduardo Rabasa es autor de una espléndida novela, La suma de los ceros. Algunos han dicho que eso es poco para ser escogido. Llama la atención esa opinión en el país de Juan Rulfo, que escribió dos obras impecables y no puede ser juzgado con criterios de cantidad”.

Violencia, tema recurrente

Finalmente, Villoro añade que descubrió una tendencia en común con los 20 escritores antologados: el tema obsesivo es la violencia. “Curiosamente, quienes alzan sus voces para narrar ese entorno han recibido ataques a priori, sin que se sepa lo que dicen. Una señal del deterioro en que vivimos”.

Por su parte, Cristina Rivera Garza, otra integrante del jurado, resume las reglas de la tarea que les encomendaron: “Reunir 20 textos de narrativa (no de poesía) escritos por autores y autoras menores de 40 años al momento de la selección para ser traducidos al inglés.

“Y no se eligen 20 de entre una multiplicidad de textos sin conversaciones, nuevas lecturas, desavenencias, argumentos, discusiones, más lecturas y, finalmente, acuerdos. La narrativa es, después de todo, una práctica viva, nunca una lección”.

Y aclara que “no creo en las antologías como máquinas de pasado, productoras de esa jerarquía a la que se le denomina canon, ni como máquinas de futuro (el mundo de las apuestas), sino como máquinas de presente. Una antología es una cierta organización de ventanas, por las cuales ver —o vislumbrar apenas— algunas de las formas en que ciertas escritoras y escritores han optado por conectarse al lenguaje y la práctica de su presente. He aquí este puñado de textos justo sobre el horizonte neoliberal de un Estado en llamas y una sociedad civil en activo”.