Ataque yihadista deja 48 muertos en Libia

Tres vehículos explotaron en distintas partes de la localidad cercana al bastión de los grupos afines al EI; fuentes de seguridad de Bengasi indicaron que hay un centenar de heridos.
Medio centenar de personas, en su mayoría civiles, murieron hoy en un triple atentado en una localidad cercana al bastión de los grupos afines al Estado Islámico (EI) en el este de Libia, que tuvo como objetivos a intereses del Gobierno internacio-nalmente reconocido de Tobruk, al que apoya Egipto.
Fuentes de Seguridad en la vecina ciudad de Bengasi explicaron a Efe que, a primera hora de la mañana, tres coches bomba estallaron en el pueblo de Al Quba.
Situado 30 kilómetros al oeste de la localidad oriental de Derna, controlada desde hace semanas por esos grupos yihadistas.
El primer vehículo explotó cerca de la casa del presidente del Parlamento reconocido internacionalmente, Akila Saleh, el segundo junto a la Dirección de Seguridad y el tercero, el más sangriento, en una gasolinera abarrotada de vehículos que esperaban para repostar.
Un total de 48 personas murieron en el triple ataque, que causó también un centenar de heridos, según las fuentes.
Aunque no ha sido reivindicado por milicia alguna -algunos canales locales se lo atribuyeron al EI, los indicios apuntan a que se trata de una acción de los grupos yihadistas afines a Abu Bakr al Baghdadi, el líder del EI.
Que avanzan hacia el centro del país contra el Gobierno internacio-nalmente reconocido.
Saleh y sus diputados cuentan con el apoyo explícito de Egipto, país que la semana pasada entró de lleno en la guerra civil que ensangrenta Libia con dos bombardeos aéreos sobre Derna.
El ataque respondía, igualmente, a una represalia contra los yihadistas tras la difusión de un vídeo que mostraba el asesinato a manos de verdugos del EI de 25 coptos (cristianos egipcios) que trabajaban en el área de Sirte, en la costa mediterránea libia.
Días después, tanto Egipto como el Parlamento internacionalmente reconocido pidieron el fin del embargo de armas que pesa sobre Libia con el objetivo declarado de hacer frente a la creciente amenaza yihadista.
El Cairo trata también de convencer a la comunidad internacional de la necesidad de intervenir militarmente en Libia, una tesis que no comparten los otros vecinos amenazados, Argelia y Túnez, que apuestan por una solución política.
Responsables diplomáticos evacuados en Túnez explicaron a Efe que el temor reside en que el Gobierno en Tobruk utilice esa fuerza militar para someter al Parlamento rebelde de Trípoli, al que apoyan las milicias islamistas, y quebrar aún más el país.
«Esto podría llevar a que las milicias islamistas moderadas optaran por unirse con los movimientos islamistas radicales» , explicó una fuente diplomática, que prefirió no ser identificada.
Libia es un Estado fallido, escenario de una guerra civil que ensombrece la vida cotidiana de sus habitantes, desde que en octubre de 2011 la OTAN contribuyera al derrocamiento del régimen dictatorial de Muamar al Gadafi.
En este caos, milicias islamistas moderadas afines al Parlamento de Trípoli se enfrentan a las tropas del general sublevado Jalifa Hafter, héroe de la guerra con Chad en tiempos de Gadafi devenido después en uno de sus principales opositores en el exilio, y que ahora lucha en favor del Gobierno en Tobruk, con el apoyo del Ejército regular.
Beneficiados por la anarquía y el vacío de poder, yihadistas procedentes de los Estados vecinos han logrado hacerse con el control de Derna y establecer allí una franquicia del EI.
Integrados por radicales tunecinos, egipcios, libios y argelinos que han viajado a Siria e Irak y regresado con entrenamiento y experiencia en combate, avanzan hacia ciudades de la costa, como Sirte, en cuyas calles ya patrullan.
Su presencia en la cuna del dictador derrocado ha causado un desplazamiento masivo de la población, en especial de ciudadanos egipcios, que tratan de huir del país a través de la frontera con Túnez, cerrada desde hace semanas por movimientos sindicalistas tunecinos que exigen el fin de una tasa que encarece el comercio.
El responsable sindical Husein Betayeb negó hoy a Efe que se haya reabierto el paso fronterizo de Ras Jedir, como aseguraron el jueves fuentes oficiales.
Reveló que solo un primer grupo de egipcios que huyen de Libia, unas 180 personas, «podrá pasar a territorio tunecino para regresar a su país como excepción de solidaridad del pueblo de (la localidad fronteriza de) Ben Guerdan».