¿Aplaudir la corrupción y el circo?

Queda muy claro que al presidente Enrique Peña Nieto, lo que le urge es regresar a los tiempos de campaña en los que seguro escuchaba a cada momento aplausos y hasta porras hacia su persona y candidatura.
Peña Nieto no se ha percatado aún –porque no entiende que no entiende, quizá—, de que la acción de gobernar, es muy distinta y está muy lejana a la de promocionarse.
Tampoco ha querido advertir el presidente de México y muchos más de quienes lo acompañan en su Administración, que el escrutinio público no es una cosa de juego y que los mexicanos no somos unos retrasados mentales.
Gobernar un país como el nuestro con rezagos ancestrales a los cuales el compromiso es darles revés, no es tarea fácil y eso cualquiera lo puede advertir. Lo mismo que tal quehacer implica más sinsabores que festines y que se requiere de un verdadero compromiso social y ético.
Por lo anterior, se advierte patético el que el presidente Enrique Peña Nieto se sienta defraudado por no recibir aplausos ante el anuncio de una medida de revisión a su persona, su familia y allegados de gabinete por posible conflicto de intereses. El mandatario federal comunicaba que la Secretaría de la Función Pública (SFP) realizaría una investigación sobre tan comentado posible conflicto de intereses en la compra de residencias y el otorgamiento de contratos a través de empresarios cercanos a él, y al terminar dichas manifestaciones, se sintió afectado por no ser aplaudido por los reporteros ahí presentes, quienes cabe señalar, no acostumbran festejar las declaraciones de los funcionarios.
Es fácil advertir, que Peña Nieto pensaba en que desde el mismo espacio de su anuncio en vivo por el ataque a la corrupción, jalando la madeja desde su misma esfera particular, sería festejado y aplaudido a rabiar. Alguien calculó mal. La credibilidad del presiente de México necesita para su recuperación más que designar él mismo, a quien lo investigue. Y ahora necesitará aún más, luego de su señalamiento casi surrealista del: “Ya sé que no aplauden”.
Si Peña Nieto sólo quiere aplausos, está equivocado en el tiempo y en el espacio que ocupa en la Administración federal.
Además de que la acción de revivir a la SFP con la designación de su nuevo titular, Virgilio Andrade; es una clara violación al decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que se emitió luego de la reforma en 2013 a la Ley Orgánica de la Administración Pública, en la cual establece la desaparición de la dependencia citada y la transferencia de algunas de sus atribuciones a otras secretarías de Estado.
La confianza y la credibilidad se ganan, no se inventan.
Acta Pública… El presidente Enrique Peña Nieto, nombró a Virgilio Andrade para que lo investigue a él, a su esposa y a Videgaray por presunto conflicto de intereses.
Para advertir… Por la casa de Malinalco, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, obtuvo de una filial de Higa una tasa de interés de 5.31 por ciento anual cuando la tasa promedio bancaria era de 12.17.