El deshielo con EU tiene límites, dice Raúl Castro

El presidente cubano, Raúl Castro, advirtió ayer a Estados Unidos que aunque La Habana aceptó normalizar sus nexos con Washington, el deshielo tiene límites y Cuba nunca claudicará a su independencia y soberanía. Alertó a la Casa Blanca que si el bloqueo económico contra la isla se mantiene y otros líos bilaterales siguen sin solución, el acercamiento diplomático “no tendría sentido”.
“Cuba y EU debemos aprender el arte de la convivencia civilizada”, sugirió Castro en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que comenzó ayer y concluirá hoy en este país con mandatarios y emisarios de 33 países del área.
Ante un foro del que EU y Canadá están excluidos, Castro exhortó al presi-dente Barack Obama a “utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancial-mente la aplicación del bloqueo, lo que está en sus manos hacer, aun sin la decisión” del Congreso estadounidense de rechazar o aprobar su eliminación.
El “restablecimiento” de vínculos diplomáticos y demás nexos será imposible “mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado” desde 1903 por EU con una base militar de Guantánamo, “no cesen las transmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños económicos y humanos que ha sufrido”, alertó.
“No sería ético, justo ni aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio. Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido”, recalcó. Obama y Castro anunciaron en diciembre anterior su decisión de normalizar lazos, tras casi 56 años de hostilidades.
Para lograr la convivencia tampoco “se debe pretender” que Cuba “tenga que renunciar a sus ideales de independencia y justicia social, ni claudicar en uno solo de nuestros principios, ni ceder un milímetro en la defensa de la soberanía”, aclaró.
De inmediato, lanzó, desafiante: “No nos dejaremos provocar, pero tampoco aceptaremos ninguna pretensión de aconsejar ni presionar en materia de nuestros asuntos internos”.
En la primera negociación la semana anterior en La Habana, “se pudo avanzar”, recordó, “porque nos tratamos recíprocamente con respeto, como iguales. Para seguir avanzando, tendrá que ser así”.
Al subrayar que aunque Obama reconoció el fracaso del bloqueo, impuesto en 1962 para sancionar a Cuba por nacionalizar firmas estadounidenses sin indemnizarlas y obligarla, sin éxito, a abandonar su sistema comunista, dijo que “los voceros del gobierno norteamericano han sido claros en precisar que cambian ahora los métodos pero no los objetivos de la política”.
En una alusión al contacto de diplomáticos de EU con la disidencia cubana, que opera en la ilegalidad, alegó que “insisten en actos de injerencia en nuestros asuntos internos que no vamos a aceptar. Las contrapartes estadounidenses no deberían proponerse relacionarse con la sociedad cubana como si en Cuba no hubiera un gobierno soberano”.
Previo a la intervención de Castro, y con la sombra de más de 72 millones de los 600 millones de los habitantes de América Latina y el Caribe hundidos en la pobreza extrema como tema central de la cita, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, pidió que la “prioridad mayor” de los gobiernos sea sostener políticas públicas para “derrotar el hambre y la miseria”.
“Trabajar juntos en estos procesos será clave para su éxito. La voz de la CELAC debe y tiene que escucharse y hacerse valer en el debate internacional aportando nuestras experiencias para incidir en sus resultados. Lo que está en juego nos incumbe a todas y todos: se trata de la agenda de desarrollo que orientará a la humanidad hasta el año 2030”, declaró.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) entregó a los mandatarios un plan para erradicar el hambre en América Latina a más tardar en el año 2025. El director ejecutivo de la Organización, José Graziano Da Silva, explicó que el plan aborda diversos aspectos relacionados con el hambre que padecen 37 millones de personas en la región, como lo son la institucionalidad, la agricultura familiar y el cambio climático.
El plan incluye la creación de un Programa Latinoamericano y Caribeño de provisión de alimentos ante desastres naturales, enfocado en la protección de pequeños productores agrícolas y con énfasis en los pequeños países insulares.