Sí, pero ¿dónde está nuestro dinero?

Con una estupidez que irrita, el jefe visible de La Pandilla Atracomulca y sus secuaces han disparado una sarta de bestialidades? dizque para «tranquilizar a los mercados». Como todo es al revés, en vez de apaciguarlos, lograron ponerles los pelos de punta.
Sostiene quien aparece como cabecilla (el mismo «que no entiende que no entiende», The Economist dixit) que, gracias a que ya se encuentran operando las «reformas estructurales en telecomunicaciones», ¡la primera quincena de enero del 2015 se registró la inflación más baja de los últimos 25 años!
Como si nos agarraran encuerados, el boletín oficial que respalda a este lenguaraz, reza que gracias a que a la empresa de Slim se le «hincharon» para ya no cobrar las largas distancias nacionales, en celulares Telcel y en fijos Telmex, los mexicanos llegamos al paraíso.
¡Ah!, y que gracias a la eficiencia de nivel mundial de la CFE ¡nos llegaron muy baratos los cobros de la electricidad doméstica! ¿En qué país preguntaron el dato? Porque, tons qué, ¿ya la hicimos?
¡Tronco de ignorancia! Es una ofensa no sólo al raciocinio, también al sentido común que ya traemos en el bolsillo. La baja de la inflación no es producto de la reforma a telecomunicaciones, simplemente se debe a que nadie trae dinero en la bolsa para comprar nada, gracias a La Pandilla «política» que secó la economía y se quedó impunemente con el circulante de todos. ¿Dónde están los dos billones de pesos de los subejercicios de 2013 y 2014, Videgaray? ¿En fideicomisos privados? ¿También eso se van a robar?
Es lógico que, si se siguen sustrayendo el dinero del pueblo, se secará aún más la economía nacional y los mexicanos podremos llegar con velocidad turbo a la nada honrosa inflación cero. Es decir, deflación más estanflación y más hambre para el noventa y siete por ciento de la población.
A estos jóvenes, presumo, sus ayudantes les dicen y les vale madre. Porque nadie en sus cabales puede aceptar que los miles de asesores, técnicos, analistas y diseñadores de prospectivas económicas de carrera que trabajan desde siempre en la SHCP y en el Banco de México con sueldos aterradores, no se los hayan dado a entender, con peras y manzanas, por muy tarados que sean.
¡Paren las Mega Obras!: ¡No hay con qué!
Hace ciento diez años, Ricardo Flores Magón lo decía con el lenguaje de su época: «¿Qué impulso han de recibir las industrias? cuando sus productos sólo encuentran un reducido número de compradores, porque la mayoría de la población se compone de hambrientos?»
El reclamo, dirigido a José Yves Limantour y a Porfirio Díaz, tiene una vigencia brutal a principios del siglo XXI. Flores Magón, por eso, sigue siendo un dolor de cabeza para los mentecatos y rateros.
Inmediatamente después, como no hay primera sin segunda, los paniaguados toluquitas de Peña Nieto, soliviantados por el dato inflacionario y reciclados por el atrevimiento del jefe,? se avientan a declarar que ¡ningún poder humano detendrá las obras del nuevo aeropuerto intergaláctico, las del mega Acueducto de Monterrey, el tren bala a Querétaro y el que irá a Toluca –among all places– y las del museo del Barroco de Puebla, que costarán ¡más de 50 mil millones de dólares del presupuesto! ¿De dónde creen que los van a sacar? ¿De su mente calenturienta?
Pero, ¡?se harán a como dé lugar! Lo demanda el Grupo Constructor de Los Pinos, disfrazado como Higa, principal beneficiario de las obritas mencionadas y de las jugosas comisiones que representan –a cobrar durante 25 años o más–, aunque no aparezca en los papeles del «concurso».
Sin embargo, todo parece indicar que no han estudiado ese salpicón de rata que quedó del presupuesto original después de los primeros días del año, pues lo destrozaron a base de previsiones desventuradas de precios y fracasos económicos sin paralelo.
El mismo día de la cándida reiteración, casi responso de las obras faraónicas, estaba anunciando el cabecilla de marras que su «gobierno» construirá medio millón de viviendas. Pensamos que operará el Infonavit como banco, pues tiene muchísimos años que no tiene ni reservas territoriales ni capacidad constructora.
Una simple caja de descuento para entregar «adjudicaciones» y para echar mano de las «mermas», a ver para cuantos autos ingleses, deportivos de súper lujo, les alcanza a los mega truhanes oaxaquitas.? Pero, ¿dónde está el dinero?
Al mismo tiempo, los «adelantados» del «gobierno» a las comisarías de la Bolsa de Valores presumían que se habían alcanzado de nuevo los 43 mil puntos del indicador de precios y cotizaciones del mercado, superando la «depresión» de los últimos meses. Según ellos, regresaron al confort de los números negros. Pero no fue la solidez de nuestro mercado cambiario de acciones. Ese está para el arrastre!
¿Qué no pueden ser asesorados y enterarse de que lo que impulsó la especulación bursátil fue la decisión del Banco Central Europeo de comprar la deuda de los «puerquitos» (los llamados «Pigs», siglas iniciales de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia, España, et al) tronados en la Comunidad y así devolvió a las empresas transnacionales que cotizan en el Occidente la confianza perdida en las Bolsas? ¿O creen que todos somos retrasados, igual que ellos?
El Peso de Carstens, ¡Sólido y al Alza!
Pa’cabarla de chingar (perdón, otra vez: “para tranquilizar a los mercados»), El Catarrito Carstens apareció públicamente para regarla triple y declarar que «tiene controlado el peso». Gracias a Dios, porque a ese paso le faltaban dos días al mórbido gordito para reventar completito.
Creo que a ese peso fue que se refirió, porque la unidad monetaria, el triste «huachinango», va en franca picada ante la impetuosa subida del dólar, el encarecimiento y la reetiquetación despiadada.? Mejor que Carstens la deje de ese tamaño y no empiece a gritar que, para un iniciado como él, la espalda es pecho, el espinazo cadera ¡y la inflación se la pela!
Los analistas serios dentro y fuera de México continuaron, con sobrada razón, alertando con preocupación a los mortales de este rancho grande sobre una salida masiva de capitales, ante la desgraciada conducción económica del Virrey Videgaray.
Y, lo que habíamos platicado usted y yo aquí hace tres meses, sobre la baja calificación crediticia del país, que ya no les alcanzará, afortunadamente, para continuar en el camino sin retorno del endeudamiento, a las velocidades desatadas que acostumbran los Atracomulcas. ?¡Como si fueran a pagar con su dinero!
¿Con qué morro andan pregonando que continuarán su programa de obras faraónicas por 50 mil millones de dólares, ¡si no hay fondos ni para los sueldos y salarios de los empleados de la burocracia!? ¡Ni para el pago de los intereses de la deuda alcanza! El semanario conservador The Economist, se metió hasta la cocina y cuestionó las recónditas entendederas de Peña Nieto. Da pena ajena.
«Nuestros» Empresarios, de la Misma Ralea
Los toluquitas han arrasado hasta la incineración con todos los sanos indicadores económicos, políticos, sociales y culturales de la Nación. Nada más no les entra la cordura. ¿Serán coprocefálicos?, preguntaba una dama conductora en la radio. ¿Tendrán caca en la cabeza?, inquiría.
Se resisten a creer que el crecimiento socialmente justo de un país debe medirse en términos de tasas crecientes de distribución del ingreso y de las oportunidades, en lugar de hacerlo a través de la fría medición ?del producto interno bruto, el monto de reservas internacionales apoyando la fortaleza del dólar y las cifras macroeconómicas.