Convertido en un evento habitual dentro de la oferta y el consumo cultural en México, la Muestra Internacional de
Cine, hoy en su 57 edición, se mantiene ante todo, generación tras generación, como detonador de la apreciación cinematográfica. Las predilecciones y el gusto por el cine de muchas personas tienen su origen en alguna Muestra, amén de prevalecer como una selección meticulosa que nos acerca a las nuevas realizaciones de los referentes del cine actual.
El cine está lleno de grandes nombres que en algún momento representaron cambio o innovación. Ser un cinéfilo atento, y por lo tanto un individuo educado para la apreciación cinematográfica, requiere de entrada buscar y encontrar aquellos ejemplares que definen una época o un estilo. Más adelante aprenderá a diferenciar, en cada obra, la originalidad que haría avanzar al género que se estudia y disfruta, asi como al cine en su conjunto. Así, encontrará esas voces que rompen los esquemas o crean escuelas con las que el cine pasa de simple entretenimiento a arte puro.
Tal es la pretensión de más de medio siglo de existencia de “ La Muestra”, la cual este 2015 es recibida en la majestuosidad de Cineteca Alameda, en San Luis Potosí, del 16 al 28 de este
primer mes del año.
Esta Muestra 57 trae lo más reciente de algunos viejos conocidos…a los que la innovación les hace los mandados, se recrean en su inagotable experimentación y refrendan su hegemonía en la historia del cine. De tal envergadura fue de algunos ellos su contribución a los cambios del siglo XXI, como para que –al menos en el caso de SLP- no existan aún los sistemas de proyección requeridos para la plena apreciación de las obras de los grandes.
Tal es el caso de los seguidores del demoledor cine de Jean-Luc Godard, que deberíamos de haber contemplado cómo el cineasta francés ahora experimenta con la tecnología 3D en su cine-ensayo Adiós al lenguaje (2014), con el que abrió la Muestra.
Aunque la calidad 2D del Alameda es impecable, se queda el gusanito de ver el film como lo concibió el top 10 del cine mundial de la segunda mitad del siglo pasado. Al lado de “Hugo”, de Scorcese y “Pi”, de Ang Lee, “Adios al lenguaje” fue pensada, escrita, rodada y editada en 3D, proyección que desafortunadamente ha sido casi nula en México. Pero con los ojos bien abiertos y el oído educado para la también experimental banda sonora de la película, se puede apreciar muy
bien como Godard, con “Adios al lenguaje” parece decirle adiós al mundo, dar vueltas de derviche alrededor de su propia muerte que, a su sentir, parece que se avecina.
Para quien lo haya olvidado o lo quiera saber, Jean – Luc Godard es el legendario fundador, al lado de Francoise Truffaut y Alain Resnais –entre otros- de la insuperable Nouvelle Vague del cine Francés, hace más de cincuenta años.
A los 84 de edad, el supremo maestro en activo nos ofrece en Adiós al lenguaje, donde como ya lo hizo en Elogio del amor, Nuestra
música o Film Socialisme, la propuesta de un género de montaje-collage-mix totalmente desordenado y, al mismo tiempo, minuciosamente compuesto entre palabras e imágenes, imágenes y sonidos, extractos de películas antiguas y de archivos históricos, pequeños collages teatrales y bombardeos de citas robadas a la gran biblioteca del mundo. Incluso
hace uso de imágenes de distinta procedencia (celular, archivo, televisión), alterando el color, introduciendo texto en pantalla e hilando todo mediante un caótico montaje.
CUBA, ESTADOS UNIDOS Y RUSIA, AL HILO.
El máximo evento-resumen de lo mejor del cine mundial más reciente, continuó con la primera aportación latinoamericana, la de Cuba y su hiperrealismo optimista y lleno de certeza en
el futuro. Conducta (2014) del habanero Ernesto Daranas, quien a través del melodrama retrata la realidad al interior de los salones de clase y los hogares en su natal isla, es un clásico instantáneo para audiencias que ven el mundo de otro modo al impuesto por Hollywood. Digna obra sobre el tema de la educación, que con el aperitivo de Godard y la inevitable referencia a la Nouvelle Vague, puede al instante referirnos a la emblemática “Los 400 golpes”, de Truffaut, oficialmente el primer film de la corriente francesa de los 50´s-60´s, y que es también la primera obra de arte sobre la educación.
Deslumbrante de violencia, la estadounidense Cenizas del pasado ( Blue Ruin, 2013) de Jeremy Saulnier mostró por qué fue galardonada en Cannes con el Premio FIPRESCI: La Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica es la asociación internacional de críticos de cine y periodistas cinematográficos dedicada a apoyar el cine más arriesgado, original y personal.
Sus objetivos son promover y desarrollar la cultura ligada al cine así como defender los intereses de la profesión, lo que significa, entre otras, luchar por la libertad y los estándares éticos del periodismo cinematográfico.
Blue Ruin, segundo filme del treintañero Jeremy Saulnier, parte de la premisa del hombre común enfrentado a una situación límite, la de una revancha rupestre, casi animal, que debe de tomarse por propia mano ante la abulia de las inercias jurídicas de la sociedad.
Blue Ruin se hermana, en ese sentido, con la legendaria Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971) donde el crecimiento moral del héroe se da a partir de la sublimación no de la violencia en sí, sino de una legitima defensa. Cuando el hombre es el lobo del hombre, solamente el hombre es capaz de volver a cazarlo, dice por ahí un crítico.
Recientemente premiada con el Globo de Oro, favorita para obtener el Oscar como mejor film en lengua no inglesa, la rusa Leviathan (2014) de Andrey Zvyagintsev se exhibió el lunes. Nos describe la historia de un mecánico afincado en la costa junto con su esposa e hijo que tiene que enfrentar la codicia del alcalde del pueblo quien quiere apropiarse de su terreno.
La crítica directa de la corrupción en el Estado, la sobriedad narrativa y el grave conflicto dramático con los que Zvyagintsev dota a su película, hacen de Leviathan uno de los filmes más recomendables…que requiere un comentario más amplio y mas sencillo, en la próxima entrega de PLANO SECUENCIA.
