El amor enloquece al tenor peruano Juan Diego Flórez

El tenor peruano Juan Diego Flórez está “más enamorado que nunca”, porque ha nacido su segunda hija y su ONG musical para niños, Sinfonía por el Perú, llega ya a dos mil 500 pequeños. La la pasión le desborda entre risas y ganas de compartir: “Me estoy divirtiendo y hago cosas locas”, asegura en entrevista.
Flórez (Lima, 1973) se presenta hoy domingo en un concierto en el Teatro Real, para el que están todas las entradas agotadas, su último trabajo, L’Amour, editado en 2014 en medio de una gran expectación, porque hacía cuatro años que no grababa un disco. “Estoy encantado con la recepción pública del disco y con la presentación en el Real, un teatro que me recibe siempre tan bien”, subraya en una entrevista el tenor.
No quiere “soltar prenda”, pero acaba admitiendo que “es muy posible” que “dentro de poco” se confirme que va a cantar de nuevo una ópera en el principal coliseo español y también “es muy posible” que sea uno de los nuevos títulos que ha incorporado a su repertorio, Lucia Lammermoor, que cantará en el Liceo, o Los Hugonotes.
“Seguramente, concretaremos algo. Quiero cantar una ópera en el Teatro Real, pero tengo que hacer cuentas con mi agenda, que está muy llena, con compromisos más allá de 2020. Mi intención es hacerlo”, reconoce finalmente. Acaba de cantar en Fuerteventura, en la inauguración de su Palacio de Congresos, y regaló al público una de esas “cosas locas” que ahora, después de 18 años de carrera, esfuerzos y sacrificios, le gusta acometer, porque ha entrado, describe, “en la fase del juego, de disfrutar”.
“Al final del concierto saqué la guitarra y canté dos canciones, una canaria y otra canario-peruana, y la verdad es que a la gente le gustó mucho”, cuenta evidentemente contento. Prefiere no desvelar si en su concierto de hoy regalará al respetable algún “extravío”. “¡Sorpresa!”, contesta regodeándose de antemano con el regalo que le espera a su audiencia.
El amor no es el hilo conductor del disco que presenta oficialmente en el Real sino el título de una de las arias, la de Romeo y Julieta, de Gounod. El tenor acaba de debutar, el pasado noviembre, en Lima, en el papel de Romeo y está convencido de que el rol “le va como un traje” a su tesitura actual, con la línea vocal más central.
“Romeo es uno que está por la no violencia, pero luego le matan al amigo y todo cambia describe—. Es un cambio muy interesante. El tenor es siempre el héroe, el noble, pero luego tiene todo ese desenlace tan tremendo, que hace las cosas diferentes y todo por la falta de comunicación. Con internet no hubiese pasado”, bromea.
La falta de comunicación, se pone serio, es, “justamente”, lo que subyace en hechos tan graves como los de Francia: “Al final, la diplomacia se mueve cuando ya están los hechos concretados. Tendría que haber una comunicación continua”, propone.
En el disco está también “lo belcantista”, con Donizetti sobre todo, y Boldieu, además de piezas románticas y otras que suenan como una oración, una mezcla de estilos y de trabajos conocidos y desconocidos.
Uno de los momentos más esperados es el de su interpretación de Mes amis, écoutez l’histoire, de Le Postillon de Lonjumeau, de Charles-Adolphe Adam, en la que Flórez asciende sin aparente esfuerzo hasta los gloriosos “res” sobreagudos del aria, la nota más aguda escrita nunca para un tenor.
El álbum está grabado con la Orquesta y Coro del Teatro Comunal de Bolonia, dirigida por Roberto Abbado, pero en Madrid interpretará los temas junto a la Orquesta Sinfónica de las islas Baleares, dirigida por Pablo Mielgo.
El disco son todos temas en francés, “que parece el idioma del amor, quizá porque es el más sensual y seductor y porque su fraseo es especial”, describe.
Compromiso sinfónico
El amor para Flórez tiene nombre, el de su hijo, de cuatro años, y el de su hija, de uno, pero también el de los muchos a los que ayuda con Sinfonía por el Perú.
“Soy una persona muy afortunada y por eso busco ayudar a los más desfavorecidos. Siempre estoy moviéndome para conseguir donaciones. En todos mis conciertos incluyo una página informando sobre la actividad (de la ONG), con la que hemos conseguido crear ya trece núcleos para la enseñanza musical a los niños más desfavorecidos.”
Flórez tiene previsto debutar, también en Perú, con el Werther, de Massenet, y al año siguiente lo propio con La Traviata y hasta entonces hará La donna del lago, en el Metropolitan de Nueva York, Don Pasquale, en Viena, y Otelo en la prestigiada Scala de Milán, entre otros compromisos “de enjundia”, ríe de nuevo.