Charlie Hebdo: Humor, oscurantismo y barbarie

Siempre he sentido una gran admiración por los caricaturistas. No sólo por la capacidad de síntesis visual que logran en su trabajo, sino por la gran habilidad que tienen para desatar la risa hasta de las situaciones más terribles o penosas.
También los admiro por esos momentos de concentración o de arrebato en los que en medio de crisis nacionales o mundiales que causan miedo o indignación son capaces de generar un escudo protector para conseguir un cartón, una tira cómica o una historieta que permite la catarsis en amplios círculos lectores.
Hay que dotar a la tragedia de humor para revelarla en toda su crudeza. Los cartonistas políticos, sobre todo de los diarios, disponen de poco tiempo para hacerlo.
El cartón político refleja una postura editorial, pero en unos cuantos trazos y frases se explica y suele convencer. México es de los países que tienen una larga tradición de cartonistas políticos de primera línea y de varias generaciones. A ellos les debemos que muchos jóvenes se acerquen con menos timidez a la lectura de la crónica, el reportaje o el artículo de opinión para tratar de entender qué diablos pasa en su entorno social.
Todas las muertes, desapariciones, versiones contradictorias de hechos terribles que han despertado la indignación de varios sectores de la sociedad se sintetizan en el cartón político.
Cultivar el humor en estos tiempos difíciles requiere de un gran esfuerzo. Los cartonistas o caricaturistas son, como imagino que diría alguno de los egresados de la escuelita de Paulo Coelho, “catalizadores de emociones”.
El gran enemigo del humor es el oscurantismo religioso o laico. Del segundo hay muchos ejemplos. En Venezuela tenemos a Nicolás Maduro y del otro lado del Pacífico está el dictador norcoreano que en sí mismo es un humorista involuntario: Kim Jong un. Aquí en México, cuya clase política pierde el humor a pasos agigantados en medio del lodazal en el que se mueven, hay varios ejemplos que ya serán materia de otro artículo.
Lo que pasó ayer en Francia es un claro ejemplo del oscurantismo religioso. Todo parece indicar que el terrorismo islámico que en el colmo de su hipocresía fundamentalista mantiene nexos con el narcopoder y sus sicarios, fue el responsable del asesinato de doce personas en el atentado perpetrado contra la revista Charlie Hebdo y su director Charb.
Hace un par de horas leí en El País algunas palabras que durante un festival de cómic le dijo Charb a su colega Antonio Altarriba: “Si empezamos a pensar en el contexto, en la posibilidad de que unos descerebrados te maten porque cuentas cosas que no les gustan, entonces nunca podrás contar nada”.
El de los caricaturistas es un gremio sólido y muy unido. Ahora el extremismo islámico que mata en nombre de Alá asesinó a varios de ellos, resulta obligada la mirada de la gráfica política. ¿Cómo procesarán la estupidez y la barbarie los caricaturistas en la prensa mundial? Los cartones de mañana y de los próximos días son necesarios para no perderle la brújula al mundo.
Patio Tlalpan, una última reflexión
El próximo año será un año difícil para los habitantes de la colonia Santa Úrsula Xitla y para el pequeño comercio establecido en la zona. Excluyo de este comentario a los comerciantes informales que le pagan a la delegación de Tlalpan veinte mil pesos para poner puestos ambulantes afuera de las estaciones del Metrobús, como es el caso de los puestos que están en la periferia de la ex-clínica San Rafael, del centro de comida rápida KFC y frente al Superama, sin que la delegada de la demarcación haga nada: característica de su lamentable gestión que por fortuna concluirá este año.
Será difícil porque las autoridades capitalinas le concedieron a los constructores permisos para edificar un centro comercial que no tiene ningún sentido, pues hay varios en la zona y se piensa levantar en un espacio particularmente conflictivo desde el punto vial como lo documenté desde hace más de un año cuando después de que algunos vecinos nos preguntábamos cuál sería el destino de la clínica el misterio se empezó a despejar.
Para el comercio establecido será más difícil todavía porque al lado de los Oxxos y los Seven Eleven que llegaron a competir con las tiendas o mini súperes familiares, se enfrentarán a un Walmart, que se permite asentar a unos cuantos metros de un Superama hacia el sur y otros tantos de una bodega Aurrerá hacia el norte. Eso sólo pasa en México y en uno que otro país bananero. Además de que no muy lejos de aquí esta el Walmart de Perisur y probablemente estará otro que pretenden construir en San Pedro Mártir sobre Diligencias.
La sobredensidad de una cadena comercial nos debería refrescar una memoria que somos muy afectos a perder. Cuando se supo de la construcción de un Walmart en la zona arqueológica de Teotihuacán, el New York Times destapó un cloaca de sobornos de hasta 24 millones de dólares, así como de una estrategia calculada que tenía el corporativo para “la obtención de licencias y permisos de construcción con el objetivo de mantener su dominio en el mercado.”
El desprestigio que tiene esta cadena a nivel internacional, no ha sido obstáculo para que en México encuentre terreno fértil para expandirse. El caso del Walmart edificado en Patio Tlalpan es un claro ejemplo de la opacidad con la que se manejan los ejecutivos de esta empresa en nuestro país. Tampoco debemos olvidar que cuando se clausuró la obra en Santa Úrsula Xitla, comenzaron a derribar árboles y excavar con la anuencia de autoridades centrales y delegaciones a pesar de que no contaban con autorización de impacto ambiental, varios meses después y en un proceso relativamente rápido presentaron el estudio de daño ambiental y la Sedema les dio un resolutivo con medidas de mitigación que siguen siendo un misterio. La corrupción del Walmart Santa Úrsula Xitla asoma por todas partes. Hasta en las bardas del predio donde lucen los nombres de dos aspirantes perredistas a gobernar Tlapan: Carlos Hernández Mirón y Héctor Hugo Hernández.
El daño ambiental no tendrá precedentes. Las inundaciones en época de lluvias en la colonia son severas y el agua encuentra cauces inesperados.

No quiero ni imaginar cómo se anegaran los tres sótanos de estacionamiento que se tienen planeados donde ahora hay árboles de más de cincuenta años que ya están siendo arrasados con toda impunidad. Triste e ingenua experiencia la carta que le enviamos a Miguel Ángel Mancera solicitándole su conversión a un parque público.

El concepto de ciudadanía no existe para el político capitalino. Hasta donde sabemos los constructores ya cuentan con todos los permisos, pero hasta instancias legales que están para proteger el ambiente como la PAOT no cuentan o manejan con tiempos muy selectivos el manejo de resolutivos de carácter público a pesar de que algunos vecinos interpusimos quejas por el destino de la flora, y por supuesto la fauna, del predio en el que pretenden construir el Walmart.

El aspecto de la movilidad es otro del que ninguna autoridad informó y es el que por desgracia se verá más afectado. Existe alta carga vehicular en la zona que genera contaminación atmosférica y sonora. Esta construcción colapsará las vialidades con los automóviles de los visitantes y los camiones de suministro, mismos que ingresarán por las estrechísimas calles aledañas que tienen entre 6 y 8 metros de ancho (Arenal y Cuautla). El impacto que esta afluencia de vehículos le traerá a la colonia Santa Úrsula Xitla, agudizará también el grave problema de vialidad existente en colonias como Fuentes Brotantes, Miguel Hidalgo, Tlalcoligia, Pedregal de Santa Úrsula, Los Volcanes, entre otras. Esto se explica porque la calle Ayuntamiento y la Avenida Santa Úrsula Xitla son las únicas arterias que tienen salida hacia Insurgentes. Este lamentable problema se agrava por los vehículos que circulan por Insurgentes Sur que van (o vienen) de otras partes de Tlalpan o de las carreteras federal y de cuota hacia Cuernavaca. Justamente alrededor del predio hay mucho tránsito peatonal, que tiene que sortear el alto flujo de transporte de carga, colectivo y particular que circula por calles que no se diseñaron para soportar tránsito pesado. Esto lo expresamos en varias cartas, entre ellas una dirigida a Tanya Müller, en un foro en la CDHDF y en otra más reciente a la Seduvi que no sirvió absolutamente para nada.

Qué hacer, preguntan varios ciudadanos en una página de Facebook: No patio tlalpan, administrada por algunos vecinos. Pues por lo menos involucrarse más en la lucha por la movilidad, la seguridad y la conservación de áreas verdes de la zona, hacer presión para que los resolutivos se hagan públicos y participar más, mucho más este año en los asuntos de la agenda ciudadana y no sólo cuando lo inevitable llame a las puertas de nuestras casas. Por cierto, gente de medios de comunicación se acercó a nosotros a decirnos que si el origen de ese predio era producto de una donación a los que edificaron la clínica San Rafael, la construcción de dicho predio sería absolutamente ilegal. Si alguien tiene medios, tiempo y ganas, podría investigar en el Registro Público de la Propiedad esta circunstancia. Yo por lo pronto paso, o como diría el procurador: “ya me cansé”. Eso sí, cuando vengan las votaciones espero que la ciudadanía que por apatía o falta de tiempo no puede participar, le retire su voto al PRD por lo menos en Tlalpan.