Basta de hacer política para robar al pueblo, exclama Arzobispado

La Iglesia católica insistió en demandar la corresponsabilidad de los partidos políticos en los hechos de sus militantes, sus candidatos y los servidores públicos que han sido impulsados a través de sus plataformas.
Juan Jesús Priego Rivera, vocero diocesano, subrayó la importancia de que los partidos políticos procedan a la depuración de sus métodos y sistemas de selección de candidatos asumiendo su corresponsabilidad.
Respecto del ex alcalde soledense aseveró que ni la Iglesia ni nadie entre los ciudadanos y las autoridades están en condiciones de emitir juicios al respecto, ni de absolverlo ni de condenarlo, hasta en tanto que no lo haga una autoridad competente.
Lamentó que “siempre a posteriori” estemos los ciudadanos dándonos cuenta del “enriquecimiento ilícito” de algunos servidores públicos, como ha ocurrido en el caso Ayotzinapa, Iguala y, ahora aquí.
“Hay que hacer conciencia de que, cuando alguien toma algo del dinero público, está robando al pueblo. Ya basta de ver la política como una mina de la que se puede extraer lo que uno quiere. Y en este sentido –insistió—, los partidos deben de hacerse responsables de las conductas que asumen, en el poder, los candidatos que proponen y tienen que respaldarlos, recordando que si una persona de un partido político comete algún ilícito…, lo paga también el partido, no solamente la persona”.
Respecto de las razones por las que no se detectara la eventual conducta anómala en los órganos de fiscalización y control locales dijo que “se ve que esto viene de mucho más arriba”, como declararan el procurador y el gobernador de San Luis Potosí al destacar que no tenían conocimiento, por ser competencia federal.
Ello sin diluir la responsabilidad de los organismos locales competentes. Por eso se hizo un llamado a la práctica efectiva de valores de honestidad, transparencia, rendición de cuentas, de manera que estos sean valores primordiales de la función pública. “Ya no se puede tirar la piedra y esconder la mano”.
Indicó que la Iglesia se mantiene respetuosa de los procesos internos de los partidos a los que pide que elijan al mejor de sus candidatos y, en este sentido, los partidos se hagan responsables de la persona o las personas que impulsen, promuevan.