Daniela Liebman, menos conciertos y más formación

Menos presentaciones y más estudio.Esa será la consigna que dominará este año a la pianista mexicana Daniela Liebman, quien se mudará a Texas en los próximos días y se concentrará en el perfeccionamiento de su técnica a petición de su maestro, el húngaro Tamás Ungár, con quien trabaja desde hace medio año.
“Este año vamos a reducir el número de recitales para concentrarme en el perfeccionamiento y aprendizaje de nuevo repertorio”, dijo a Excélsior la intérprete mexicana que en junio próximo cumplirá 12 años.
De momento sólo ha agendado un par de conciertos en México, uno para febrero con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), y otro en octubre con la Orquesta Filarmónica de Jalisco, en donde interpretará el Concierto No. 2 de Chopin, así como dos más en ciudades como Nashville y Kansas, aunque no descarta la posibilidad de participar este año en la edición número 44 del Festival Internacional Cervantino.
Entusiasmada tras recibir el Premio Nacional de la Juventud 2014 en la categoría Expresiones Artísticas y Artes Populares en noviembre pasado, Liebman habló acerca del perfeccionamiento en la interpretación de piezas de Chopin y Beethoven, también dijo que de momento no está interesada en escribir sus propias composiciones y se refirió a sus primeros planes para celebrar sus 15 años.
“Fue un gran honor haber ganado aquel reconocimiento, me siento muy honrada; es un premio que ya conocía. Pero en este año me dedicaré a estudiar y perfeccionar nuevo repertorio. Por ahora he terminado de leer el Concierto No. 2 de Frédéric Chopin y luego, en algún punto, continuaré con un concierto para piano de Ludwig van Beethoven”, explicó la artista que se ha presentado con éxito en el Carnegie Hall de Nueva York y el Palacio de Bellas Artes de México.
Y también tratará de dominar dos estudios más de Chopin, pues luego de que comenzara las clases con Ungár, consideró que lo mejor sería dedicar tiempo y energía al perfeccionamiento de la técnica pianística.
Tamás Ungár nació en Hungría, creció en Australia, estudió en Inglaterra y actualmente vive en Estados Unidos, ha sido aclamado mundialmente por sus poderosas actuaciones y programas innovadores; es considerado uno de los maestros más importantes y respetados de piano en Estados Unidos y en los últimos años ha trabajado en Australia, Brasil, Colombia, China, Rumania y Japón.
“Ya llevo seis meses con el maestro Ungár, quien es bastante espectacular. Lo conocí en Italia, donde nos dimos cuenta de su calidad. Así que en cuanto fue posible comenzamos las clases. Así que me voy a mudar a Texas para estudiar con él”, detalló la joven pianista.
Ahora prepara su siguiente presentación en febrero próximo con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), donde interpretará el mencionado Concierto No. 2 de Chopin, aunque tanto en Nashville como en Kansas llevará un programa con obras como: la Partita No. 2 de Bach, la sonata Waldstein de Beethoven, el Impronto No. 1 y Nocturno de Chopin, La Leggierezza de Liszt, La elegía de Rachmaninoff, así como Toccata de Arkady Filipenko.
Perfección a dos manos
Sobre el perfeccionamiento del Concierto No. 2, Liebman explicó que empezó a estudiarlo hace tres meses, pues ya dominaba dos conciertos, el de Dmitri Shostakóvich y el de Wolfgang Amadeus Mozart.
“Ya era tiempo de que aprendiera un nuevo concierto para tocarlo con las orquestas. Además, la música de Chopin me gusta mucho por su armonía y sus características melódicas. ¡Son piezas hermosísimas! Sobre todo el segundo movimiento es algo que disfruto mucho tocar, pues Chopin está entre mis compositores favoritos”.
¿Cómo es el proceso de aprendizaje de un concierto?, se le inquiere a la joven artista que a finales de año se presentará en Kansas. “Primero aprendes las notas, lo cual no cuesta tanto trabajo; lo más difícil es cuando empiezas a perfeccionar el trabajo y a seguir la guía de tu maestro”.
“Lo que hago es que aprendo un fragmento con la mano derecha y luego otro con la izquierda, hasta que aprendo muy bien ese fragmento, lo repaso hasta que puedo tocarlo a un tempo moderato, es decir ni muy rápido ni muy lento, después lo junto y voy aprendiendo poco a poquito; a continuación viene el trabajo del maestro y en total me llevaré cinco o seis meses”, detalló la intérprete mexicana.
¿Qué seguirá en la exploración o perfeccionamiento del repertorio musical?, se le cuestiona. “¡Hay mucho! Pero todas requieren mucho trabajo, aunque algunas de las piezas les tengo mucho respeto, y ahora no puedo tocarlas, sino hasta dentro de cinco años, son de compositores como Serguei
Rachmaninoff, que es bastante difícil y mucho de lo compuesto por Franz Liszt, que técnica y musicalmente es muy complejo, pues fue un pianista muy espectacular que cuando escribía exploraba el límite de las personas a su alrededor”.

¿En algún momento te inclinarás por la composición? “A lo mejor sí, aunque por el momento la idea de componer no me atrae mucho. Sé cómo es porque estudio la teoría, lo que hay atrás de las notas. Pero hasta ahora no sé, no he tomado una pluma para plasmar una idea y empezar a escribir. Quizá algún día. Por ahora me dedicaré a tocar”.

¿Cómo celebrarás tus 15 años? “No he pensado mucho en eso, porque ya tengo lo que necesito aquí: una vida que me gusta mucho. Pero probablemente sería algo relacionado con la música, quizá alguna presentación especial”, concluye.