Ayotzinapa: Tres meses sin respuesta

La desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, cumple este día 3 meses y aún se desconoce quién(es) y por qué los enviaron a secuestrar camiones y después dirigirse al municipio de Iguala.
Una noche trágica, en la que también seis personas fallecieron: los normalistas Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón, el menor David Josué García Evangelista, jugador del equipo de futbol Avispones, el chofer de autobús Víctor Manuel Lugo Ortiz y Blanca Montiel Sánchez, una mujer que viajaba en un taxi.
De entonces a la fecha, hemos sido testigos de escenas estremecedoras por el dolor de sus familiares y la barbarie con la que se actuó en contra de los estudiantes de acuerdo a la información proporcionada por la PGR. Las investigaciones realizadas hasta ahora identifican a los autores intelectuales y materiales de la masacre. Sin embargo, nada se sabe de quiénes ordenaron a los normalistas salir de la escuela a botear.
Hasta hoy sólo un padre de familia, Epifanio Álvarez Carvajal, ha manifestado la idea de: “Pedir cuentas a los líderes estudiantiles por haber llevado a mi hijo a realizar acciones fuera de la escuela”. Intención que no se ha concretado por temor, dijo, a que el movimiento se divida y fracase la lucha por encontrar vivos a los estudiantes.
Batalla, por cierto que han politizado los integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y han cometido toda clase de arbitrariedades en nombre de los desaparecidos, sin pudor alguno, sólo para obtener prebendas económicas y administrativas para su organización que se opone sin argumentos válidos a la instrumentación de la reforma educativa en la entidad.
Algunos padres de familia ya se dieron cuenta de esto, como Jorge Herrera Suárez, quien acusó al Comité de Ayotzinapa y grupos que los respaldan de no pedir justicia por los estudiantes y de jugar con el dolor de las familias de los alumnos para sus intereses personales. Razonamiento que tampoco permeó entre los afectados, pues los “asesores” niegan toda clase de manipulación y mantienen su discurso acusatorio en contra del gobierno federal.
No obstante, nuestro compañero, Daniel Blancas, publicó aquí en Crónica que la Procuraduría General de la República investiga si integrantes de la CETEG engañaron a los normalistas de Ayotzinapa para cambiar su ruta y dirigirse a Iguala, cuando no estaba programado.
Blancas cita que: “La indagatoria apunta a la CETEG como posible interesada en desestabilizar el festival público en el cual se destaparía como candidata a la presidencia municipal del Ayuntamiento María de los Ángeles Pineda Villa, esposa de José Luis Abarca, entonces edil en funciones”.
Testimonios recabados por la PGR -de sobrevivientes y otros estudiantes- revelan que: “A ellos les dicen primero que los van a llevar a Chilpancingo, pero después los desvían y los llevan a Iguala”. La investigación advierte que no era la primera vez que miembros de la CETEG utilizaban a los jóvenes normalistas como brazo operador, tanto para conseguir transporte como para causar alborotos o nutrir marchas.
Así las cosas, habrá que esperar el resultado de esta averiguación, sobre todo porque la CETEG representa en Guerrero un poder fáctico al que los últimos gobernadores perredistas no han podido controlar. Ahí está el defenestrado Ángel Aguirre, ex mecenas de la organización que el pasado 23 de octubre presentó su solicitud de licencia como gobernador y tres días después, el académico Rogelio Ortega fue designado mandatario interino y les ha permitido de todo.
Como el incendio y destrozos de casa de Guerrero, luego de que su esposa Rosa Isela Ojeda, les abriera las puertas bajo el argumento de que se convertiría en una “casa del pueblo”. Dentro del inmueble padres de familia de los 43 estudiantes, normalistas y maestros disidentes ingresaron, realizaron pintas, quemaron oficinas y corrieron a la esposa del gobernador que intentó presenciar las actividades. Éste es sólo un botón de muestra de la impunidad con la que se conduce la CETEG y sus aliados.
Este viernes habrá diversas movilizaciones en Guerrero, la ciudad de México y otros estados en solidaridad con las familias de los normalistas desaparecidos, “3 meses y seguimos esperándolos vivos #Ayotzinapa Marcha Silenciosa” es el mensaje que se distribuye en Twitter. La pregunta sigue también 3 meses después: ¿Quién los mandó y por qué?.