La Navidad: Tiempo de Perdonar; tu ¿ya lo hiciste?

Estar enojados o en conflicto con alguna persona durante estas fechas, puede ser quizá el peor sentimiento que se pueda experimentar; sin embargo, todo tiene solución mientras muestre disposición al pedir perdón y reconciliarse consigo mismo y con los demás; para poder dar este avance tan importante en su crecimiento personal, tome en cuenta estos consejos:
Perdonar: el paso más difícil
Perdonar es una muestra de fortaleza al olvidar los odios y resentimientos que hubo en el pasado.
Dejar ir las heridas y el enojo le dará la oportunidad de liberarse a sí mismo para disfrutar las cosas buenas que tiene ahora.
Expertos aseguran que en la medida que sea capaz de perdonar, podrá controlar su enojo y tendrá menos enfermedades del corazón o cáncer, además de mejorar su salud física y emocional.
El hecho de perdonar no quiere decir que justifique el comportamiento de la otra persona ni olvidar el daño que le hizo, sino que es una terapia para aliviarse a usted mismo.
La importancia de la reconciliación
Culpabilidad, resentimientos u odio, son sentimientos que impiden perdonar y reconciliarse con los demás, por lo que el estrés a causa de esta situación, llega a ocasionar daños irreparables.
Para que su vida esté libre de factores negativos que le impiden ser feliz, alivie su estrés a nivel mental o físico a través del perdón; esto le ayudará a ser más feliz y disfrutará con plenitud su vida.
Evite sentimientos de culpa, pesimismo u odio que le impiden seguir adelante y le encierran en un círculo vicioso.
El hecho de perdonar no va a cambiar el comportamiento o los hechos de otras personas, pero puede ser un factor de ayuda para usted mismo.
Elija la opción de sentirse mejor mediante el perdón y la reconciliación, sólo usted tiene este poder, recuerde que reconciliarse implica hacerlo, primero con usted mismo, aceptar sus errores y aprender de ellos, sólo así podrá perdonar a otras personas.
El proceso de pedir perdón
Ahora que ha decidido dejar atrás los viejos resentimientos, está listo para perdonar y seguir adelante, siga estas recomendaciones:
Primero debe enfrentar el enojo que siente; en la superficie de la herida este sentimiento necesita ser liberado. Debajo del enojo está el dolor y la herida que debe sanar, para hacerlo, puede hablar o desahogarse con quienes más confía o escribir en un diario todo lo que siente.
Exprese sus sentimientos a la persona que lo hirió, trate de tener una conversación saludable donde ambos escuchen y respeten sus puntos de vista.
Escriba una carta a quien lo lastimó o hizo enojar, describa cada sentimiento; léala en voz alta, llore y cuando termine, quémela como símbolo para seguir adelante.
Después de procesar sus emociones, estará listo para perdonar, lo que requerirá de compasión, entendimiento y un corazón abierto.
El resentimiento hace más daño a la persona que lo tiene, que al que lo merece”
Perdonar no significa excusar el comportamiento de quienes nos han herido. Perdonar es tomar la decisión de desprendernos del pasado para sanar el presente. El primer paso para Sanar nuestro corazón por completo, sólo puede ocurrir cuando aprendemos a perdonar y Dios quiere sanar tu corazón, pero es necesario que des primero este paso.
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” Efesios 4:26.27
Dios comprende que a veces podemos enojarnos, lo que nos manda es que no pequemos cuando estemos en ese estado, que no actuemos al calor de nuestras emociones. Además dice: “no se ponga el sol sobre su enojo” parece que Dios te estuviera dando solamente un día para enojarte, porque todo lo que se deja en el corazón lastimosamente crece.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” Hebreos 12:15
Todo lo que se deja en el corazón no se queda del mismo tamaño, va creciendo como una semilla plantada, un simple enojo puede convertirse el día de mañana en un profundo odio, en una planta profundamente cimentada llamada “Amargura”, y esto sería un estorbo para nosotros, como cristianos y como hijos de Dios.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5:23-24
Si estás enojado con alguien y aún no lo has podido perdonar, debes entender que esto es un obstáculo entre Dios y tú, la falta de perdón es un tipo de esclavitud, que no te dejará crecer espiritualmente y obviamente tampoco recibir la bendición de Dios. Recuerda que al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos.
“…Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:39
Deja el pasado en el pasado…