Arrebatan kurdos al Estado Islámico poder del monte Sinyar

Al menos 80 miembros del EI murieron en 24 horas de operaciones kurdas en esta zona y en la cercana Zamar, en el norte de Irak; las tropas iniciaron la evacuación de los civiles allí cercados desde hace cuatro meses.
Las tropas kurdas «pesh-mergas» consiguieron romper el asedio impuesto por el grupo yihadistaEstado Islá-mico (EI) al iraquí monte Sinyar y empezaron hoy a evacuar a los civiles allí cercados desde hace cuatro meses. Tras horas de duros combates, los «peshmer-gas» llegaron esta mañana a la cima del monte.
En el marco de una amplia ofensiva en la que participan unos ocho mil militares kurdos.
Al menos 80 miembros del EI murieron en 24 horas de operaciones kurdas en esta zona y en la cercana Zamar, en el norte de Irak, según informó el dirigente del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) iraquí, Mohiedín al Mazuri.
Al Mazuri explicó que todavía prosiguen los combates en torno al monte Sinyar pero que los «peshmergas» abrieron un corredor seguro y empezaron ya a evacuar a las familias refugiadas, principalmente de la minoría de etnia kurda yazidí.
Los batallones kurdos Al Zerifani y Dohuk, bajo las órdenes del comandante Aziz Wizi, han sido los protagonistas de esta victoria frente al EI.
Los efectivos de Al Zerifani lograron además cercar a un grupo de yihadistas en el monte Sinyar y veinte de ellos, la mayoría extranjeros, se rindieron.
Al Mazuri, que también es responsable de seguridad de la presa de la ciudad de Mosul, la mayor del norte de Irak, aseveró que un gran número de combatientes del EI han huido ante el avance de las tropas kurdas.
El monte Sinyar se hizo tristemente famoso en agosto pasado debido a que en él quedaron atrapados por los yihadistas decenas de miles de yazidíes, hasta que pudieron abandonar la zona gracias a la ayuda de las fuerzas kurdas y los bombardeos de Estados Unidos.
Sin embargo, allí siguen refugiadas personas de edad avanzada que no pudieron ser evacuadas entonces y varios miles de yazidíes que, debido a los avances sobre el terreno de los yihadistas en el mes de octubre, volvieron a buscar cobijo en la zona.
El presidente de la región autónoma del Kurdistán, Masud Barzani, aseguró hoy que «el éxito del los peshmergas es el mejor regalo que pueden otorgar a los yazidíes» , que celebran estos días su festividad anual.
Barzani también advirtió al EI de que va a ser aplastado: «Sufrirán las consecuencias y pagarán el precio. Su derrota será una lección para todos los enemigos» , agregó.
Los «peshmergas» , con respaldo de la aviación de combate de la coalición internacional que lidera EU, se han hecho con el control también de la ruta que comunica Sinyar con la provincia de Dohuk, en el Kurdistán, permitiendo la apertura de un corredor humanitario.
Por su parte, el hijo del presidente y jefe del Consejo de Seguridad kurdo, Masrur Barzani, anunció anoche que las tropas kurdas han logrado «liberar» más de 700 kilómetros cuadrados y que los combatientes del EI están ahora aislados y rodeados en el oeste de Mosul.
Amplias zonas de Sinyar fueron conquistadas en agosto pasado por el EI, que asesinó y secuestró a cientos de yazidíes, de etnia kurda y cuya religión se basa en el zoroastrismo.
Según datos de la ONU, más de 500 mil yazidíes y miembros de otras religiones minoritarias han huido del norte de Irak desde junio pasado y otros cientos han sido asesinados.
Para hacer frente al EI, que proclamó ese mes un califato en Irak y Siria, dirigentes políticos y de tribus suníes de Irak hicieron hoy un llamamiento a los clanes de ese credo musulmán para que se unen a la guerra antiterrorista.
Durante la Conferencia Árabe para Combatir el Terrorismo, celebrada en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, se emitieron diez recomendaciones.
Los participantes en el encuentro alentaron a los miembros de los clanes a presentarse como voluntarios en el Ejército iraquí para ayudar a liberar las zonas controladas por el EI, también de confesión suní.
El comunicado final instó además al Gobierno iraquí a «frenar a las milicias (chiíes) y sus acciones criminales para impedir un conflicto sectario» y a reestructurar las Fuerzas Armadas iraquíes para que sean étnica y confesionalmente equilibradas.
Los yihadistas cuentan en algunas zonas con el respaldo de tribus suníes, que desconfían de las autoridades chiíes y sus milicias, mientras que otros clanes colaboran con el Ejército iraquí y han sido blanco de ejecuciones masivas a manos de los extremistas.