Frenan búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes

La búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias tendrá que esperar de nuevo, esta vez pasando Navidad, por deseo de las monjas que residen en el convento y que temen que el rastreo en la iglesia entorpezca sus actividades litúrgicas.
“Queríamos iniciar la segunda fase del proyecto a mediados de diciembre, pero llega la Navidad y es mala época para entrar a la iglesia: romperíamos toda la rutina de las actividades navideñas”, explica el historiador Fernando de Prados, uno de los promotores de la búsqueda del escritor.
Trece monjas de clausura viven en el convento ubicado junto a la iglesia donde se busca al padre del Quijote y, aunque entienden el interés por hallar los restos, quieren que el proceso de búsqueda afecte lo menos posible sus rutinas diarias. En favor de ello se decidió posponer para enero la revisión de la cripta de la iglesia.
Se señalaron cinco enclaves donde podrían encontrarse los restos, y a partir de enero los investigadores comenzarán a buscar por la cripta de la iglesia —con cerca de 30 nichos— al tratarse del lugar de más fácil acceso y el único para el que se han conseguido los permisos del gobierno regional de Madrid y el Arzobispado.
Dejarán para más adelante el rastreo de los otros cuatro nichos, intervención que requiere levantamiento del suelo de la iglesia, clasificada como bien de interés cultural (BIC). Después del 6 de enero un equipo técnico limpiará la cripta, tratará de recuperar las inscripciones de los nichos y cotejará la información con los archivos hasta tenerlo todo preparado para la entrada en acción del equipo del forense Francisco Etxeberria.
Primero introducirán cámaras microscópicas en cada uno de los nichos para comprobar si en alguno de ellos hay restos óseos compatibles con los de alguien con las características del escritor, pero se sacarán de los nichos para ser analizados sólo en el caso de que se crean semejantes a los de Cervantes.
La mejor ayuda que tendrán los expertos para saber si pueden corresponderse se la dio el propio escritor, quien en el prólogo de sus Novelas ejemplares dejó un retrato de sí mismo, con pistas que sería muy posible identificar.
“Éste que veis aquí, de rostro aguileño , de nariz corva, aunque bien proporcionada (…) los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos estremos, ni grande, ni pequeño (…) algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies (…)”, escribió. Los investigadores confían en hacer coincidir la localización de Cervantes con dos aniversarios muy importantes: el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, en 2015, y los 400 años de su muerte, en 2016.