Entre Vicente Rojo y Carlos Monsiváis cotorreo y admiración

Una relación de entrañable amistad y admiración mutua, “que básicamente fue de cotorreo”, una relación “en la que imperaba el relajo, pero un relajo muy sofisticado”, así define el caricaturista e investigador Rafael Barajas los casi 50 años que convivieron el escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) y el pintor Vicente Rojo (1932).
Tímidos ambos, callados, críticos, prolíficos, “además de que los dos querían ser gatos”, Monsiváis y Rojo fueron más allá de la amistad y pasaron al terreno de la colaboración profesional, a tal grado, que el primero y el último libro del ensayista y cronista los hicieron juntos.
Esta relación que Rojo define como “extraña y curiosa” queda de manifiesto a través de las 120 piezas que integran la exposición Aforismos & grafismos, que se inaugura este sábado en el Museo del Estanquillo.
Recados, mensajes, textos, cartas, postales, libros, grabados, collages, dibujos humorísticos, fotografías y textiles que le obsequió Vicente a Carlos se exhibirán hasta el próximo 13 de abril en las salas que ayer Rojo recorrió entusiasmado y nostálgico, pues veía cosas que nunca pensó que Monsiváis conservara.
El artista plástico sonreía al ver los diferentes retratos que le dedicó al autor de “Amor perdido”, en los que lo trasformó en Dios prehispánico, en Victoria Alada, Dick Trac, conquistador español o en felino.
“Mi primer acercamiento con él”, narró el escultor, “fue cuando hice un cartel para la Casa del Lago y me pidió que se lo regalara.
Luego, un amigo mutuo me dijo que Carlos le había hecho un regalo fantástico, un dibujo mío. Así que nunca imaginé que todos esos dibujos, bromas, que le enviaba, los fuera a guardar. Pensé que los regalaba o los rompía”.
Dijo que, para él, “lo importante era el momento en que los hacía y se los hacía llegar. Fueron creados a partir de una amistad entrañable. Quería acercarme a él de una manera muy privada”, comentó.
Detalló que en 1963 se publicó el libro Principados y potestades, con textos de Monsiváis.
“Yo se los pedí. El volumen fue un regalo de Navidad de Imprenta Madero. Luego me dijo que era el primero que publicaba, creo que se animó porque no iba dirigido a un público amplio. Siempre le costó mucho trabajo arriesgarse a publicar”.
Pero fue el último libro de artista que trabajaron al alimón en 2011, Lírica sacra, moral y laudatoria, que reúne 48 aforismos de Monsiváis y 24 grabados y estampas de Rojo, que también se exhibe en la muestra, el que inspiró esta exposición.
“Me gustaron unos aforismos que publicó en un suplemento, creados por él, pero que atribuía a personajes como Oscar Wilde o Sigmund Freud o a políticos mexicanos.
Entonces, se me ocurrió acompañarlos por signos o imágenes mías que se dan vuelta, se abren y se cierran en sí mismas, sin principio ni fin; para mí, eso es un aforismo visual. Ya enfermo firmó la edición”, añadió.
Rojo evocó durante el recorrido las mil y una anécdotas que guarda de su amigo. “Siempre había pendientes con él. Se tardaba en entregar lo que le solicitaba, pero finalmente lo hacía.
Un día le pedí un texto para un libro de Tito Monterroso y supe que se iba de viaje, entonces no le llamé en unas dos semanas, dándole tiempo para que lo terminara. Y me llamó desde el aeropuerto para decirme que ya estaba el texto y me dijo ‘¿pero seguimos siendo amigos, verdad’”.
También evocó que ambos apoyaron a las costureras cuyas fábricas se derrumbaron durante el terremoto de 1985, en San Antonio Abad. Rojo les obsequió el diseño de dos muñecas, “Lucha” y “Victoria” y unos gatos, textiles que también forman parte de la exposición.
Rafael Barajas, curador del proyecto, aclaró que la exposición “sorprende al revelarnos que ellos eran tan serios, tan serios, que hasta para echar relajo lo hacían en serio.
Y permite descubrir a un nuevo caricaturista mexicano. Es una faceta de Vicente que no conocíamos. Se revela en estos trabajos como un verdadero maestro de la línea”.
Señaló que “Carlos era como el caos creativo y Vicente era el rigor creativo, se complementan”.
Barajas destaca como una de las joyas de la muestra una fotografía en la que están con Julián Bert al piano, cantando Rojo, Monsiváis, José Luis Cuevas y Alfonso Arau. “Aquí es donde verdaderamente se dimensiona que fueron pioneros en varios ámbitos, en el rock mexicano, el cine, el periodismo. Carlos veía en Vicente a un tutor, además de un amigo”, concluyó.
El director del museo, Henoc de Santiago, anunció que con la muestra se inaugura también la Librería Educal que se ubicará en la terraza del edificio y se especializará en arte popular.
Rojo llega en 2015 al MUAC
Vicente Rojo prepara su primera gran retrospectiva para el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), que se llamará Casa de letras y se abrirá en abril del próximo año, curada por Cuauhtémoc Medina.
La retrospectiva ocupará dos salas: en una se exhibirán 56 pinturas y esculturas “totalmente nuevas”.
hechas en los últimos tres años.

“La otra sala será una retrospectiva, pero de mi trabajo como diseñador, editor y mi relación con los escritores, poetas, narradores. Esta parte aún se estudia y se seleccionan las piezas. Todas mis series estarán representadas. Pero es una retrospectiva compleja, pues comienza en la década de los 60 de la centuria pasada y termina en 2015”, adelanta.

Rojo explica que en el exterior del museo se instalarán unas esculturas como de cuatro metros o cuatro metros y medio, algunas de éstas ya están listas y otras se están fundiendo.

Dice que estará bien representado. “Toda una vida de trabajo, qué más puedo esperar que se represente, estaré bien exhibido”.