Obama anuncia medidas contra abuso policial

En medio de una jornada de protestas en varias partes del país, en solidaridad con los manifestantes en Ferguson por el fallo que exculpó a un policía blanco por la muerte de Michael Brown, un joven negro asesinado en agosto, el presidente Barack Obama anunció la inversión de 263 millones de dólares para la revisión de los programas de entrenamiento y para reforzar, mediante el uso de videocámaras, la actuación de la policía en distintos puntos del país.

Además, en un obligado golpe de timón tras una serie de protestas reprimidas con lujo de violencia en Ferguson, Missouri, el presidente ordenó la revisión del programa federal que permite a los cuerpos policiales estatales y locales la adquisición de equipo que muchas veces se obtiene de los excedentes del Pentágono, transformando a las policías de pequeñas ciudades en unidades militarizadas, cuerpos de represión y asalto con una enorme capacidad de fuego.

“La intención es establecer controles de supervisión más efectivos para ver de qué forma se implementan estos programas y de qué forma son fiscalizados”, aseguró ayer el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Desde 1967, cuando nació el denominado programa 1033, el Pentágono transfiere anualmente una considerable parte de sus excedentes de equipo a las policías estatales y municipales. El resultado ha sido una policía “militarizada” que, además, se ha visto en medio de continuos conflictos con la comunidad por la agenda oculta de varios de sus agentes, algunos con estrechos vínculos a grupos de extrema derecha.

El presidente mantuvo un encuentro con miembros de su gabinete y luego con líderes de derechos civiles, para abordar posibles salidas al encarnizado ambiente de odio racial que mantiene en vilo a la comunidad negra en distintos puntos del país.

Tras ese encuentro, Obama dijo a los medios que es necesario crear un ambiente de rendición de cuentas, transparencia y confianza entre la policía y las comunidades a quienes sirven.

Pidió a las agencias federales hacer recomendaciones concretas para asegurar que Estados Unidos no está creando una “cultura militarizada” y precisó: “Firmaré una orden ejecutiva que especifique cómo vamos a asegurarnos (…) de que no estamos construyendo una cultura militarizada dentro de nuestras agencias de seguridad locales”.

Exigen alto a la violencia. La reunión se produjo en una jornada marcada por las protestas de miles de personas en distintos puntos del país para exigir un alto a las muertes de jóvenes de raza negra que son abatidos en medio de incidentes de tinte racista. En esta capital, las protestas se trasladaron a las puertas del Departamento de Justicia. “Ya basta de criminalizar a la juventud de raza negra. Muchos estudiantes, por el sólo hecho de vestir de determinada forma, ya son considerados y tratados como criminales”, dijo Renata Lowles, estudiante de la Universidad de Georgetown que decidió solidarizarse con personas de distinta edad, raza y condición.

Precisamente, uno de los aspectos más importantes de la iniciativa dada a conocer ayer por la Casa Blanca es la implementación de una plataforma de vigilancia mediante la instalación de videocámaras en los cuerpos policiales. Por el momento, el gobierno federal contempla la distribución de 50 mil cámaras de video en igual número de agentes de la policía que deberán patrullar con las videocámaras encendidas en todo momento.

Se espera que estas medidas permitan evitar casos como el de Brown.

También se registraron paros desde Nueva York hasta San Francisco, e incluyeron Chicago. En la Universidad de Missouri-St. Louis, tres decenas de estudiantes se manifestaron afuera de la biblioteca y se salieron de las aulas, algunos con las manos arriba, un gesto que se ha vuelto símbolo del movimiento.