Eficacia de productos naturales, a prueba en laboratorio de la UNAM

La medicina tradicional mexicana posee productos naturales vegetales que por ser de uso común, es necesario estudiarlos a profundidad para descubrir sus verdaderas propiedades benéficas o alertar si son perjudiciales para la salud.

Desde antes del desarrollo de la medicina de patente, las plantas han sido utilizadas con fines medicinales. Actualmente existe gran conocimiento del uso de las mismas por diferentes grupos de la población mexicana, sobre todo porque son de fácil adquisición, en particular en comunidades alejadas de las grandes urbes, y porque por lo general son de costo más bajo que los medicamentos alopáticos, afirmó María Isabel Aguilar Laurents, delLaboratorio de Farmacognosia de la Facultad de Química de la UNAM.

«En México, hay poblaciones marginadas donde el único recurso para procurar la salud por parte de sus pobladores son las hierbas medicinales; por otra parte, existe la creencia de que los preparados herbolarios no tienen riesgo en su consumo y lo que se busca al ingerirlos es también evitar los efectos secundarios que pudieran causar los medicamentos de patente».

Sin embargo, aclaró la especialista, algunas plantas contienen compuestos químicos responsables de acciones biológicas diversas y pueden no ser tan inofensivos como pensamos.

Para llevar a cabo un control de calidad de las plantas medicinales, en el Laboratorio de Farmacognosia se realizan tres tipos de pruebas. La primera es la identificación taxonómica de la planta estableciendo sus características de forma, tamaño, color, así como pruebas a nivel microscópico.

La segunda es la prueba de pureza, misma que se realiza para confirmar que la materia vegetal no está mezclada con otro tipo de plantas, insectos, microorganismos nocivos al aparato gastrointestinal o elementos tóxicos como fertilizantes y plaguicidas.

La tercera prueba consiste en determinar el tipo de compuestos y su concentración en la planta, por medio de análisis de composición. Las pruebas mencionadas deben ser complementadas con otras como la de seguridad (toxicológica), a fin de asegurar la ausencia de efectos nocivos serios de las plantas.

En algunos casos, no se utiliza toda la planta, a veces solo la raíz, las hojas o las flores, así, este análisis se enfoca únicamente a la parte de la planta que se va a utilizar con fines medicinales.

El caso de la Escorcionera

Una de las plantas sometidas a prueba por el grupo de la química Aguilar, es la Escorcionera. Se trata de una hierba que llega a medir hasta un metro de altura. Su raíz grande de color café es utilizada principalmente por los Tarahumaras para problemas de la piel, en forma de emplastos que ayudan a la cicatrización de las heridas así como para tratar reumas y artritis.

Con esta raíz, adelantó la investigadora, se realizaron pruebas de actividad antimicrobiana «in vitro» teniendo resultados positivos de su efecto contra hongos que afectan la piel.