Te buscaré hasta encontrarte’; buscan a 300 desaparecidos en Iguala

Iguala.— Durante al menos cuatro años guardaron silencio. Pero a raíz de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, 300 familias arrancaron la resignación y decidieron buscar a los suyos. Apenas hace tres semanas eran cinco familias las que rompieron su miedo y denunciaron que sus seres queridos habían desaparecido, ahora son decenas dispuestas a buscar hasta hallarlos.

“Nosotros no queremos saber quién los mató, solamente queremos enterrarlos”, dice Mayra Martínez Vergara, cuyo hermano fue desaparecido hace más de dos años en Huitzuco de los Figueroa.

Miguel Ángel Jiménez, coordinador de la la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), dijo que el lunes irán a Cocula, donde también se han hallado fosas clandestinas, para verificar si algunos de los restos localizados en éstas podrían ser de los desaparecidos, cuyos familiares se practicaron pruebas de ADN, hechas por la PGR.

En un recorrido que se realizó  con los miembros de la UPOEG en Cerro Grande, al poniente de Iguala, Miguel reclamó que a casi dos meses de que iniciaron la búsqueda en ese lugar donde hay unas 20 colonias irregulares, ninguna autoridad ha recogido algunos de los restos que hallaron el 8 de octubre.

Adelantó que este lunes irán a Cocula, “pues nos han dicho de varias fosas, las cuales identificamos porque vemos que la tierra está más blanda (…) Excavamos y cuando vemos restos le paramos, porque no somos forenses y esas actividades le corresponden a las autoridades”.

Mayra y su hermano Mario portaban una playera donde se leía: “Te buscaré hasta encontrarte”, mientras mostraban que han hallado huesos y ropa, y lamenta que a las autoridades no les importen esas personas.

La UPOEG, ya en coordinación con la PGR, busca en fosas de comunidades como Pueblo Viejo, Las Parotas, La Joya y Loma del Zapatero. Han hallado ocho nuevas fosas, además de las localizadas durante la búsqueda de los 43 normalistas y van 16 cuerpos, según Miguel Jiménez, que los familiares esperan identificar como alguno de los suyos.

En la iglesia de San Gerardo Mayela cada día llegan más dolientes, la mayoría de sus parientes desaparecidos por el crimen organizado, dispuestos a “cavar en el gran cementerio que se ha convertido Guerrero”, contó el coordinador de la UPOEG.