El alcoholismo, es un padecimiento crónico

Padecimiento crónico y progresivo que puede ser mortal; se caracteriza por tendencia a beber alcohol en exceso, intentos inútiles por dejarlo y mantenimiento de su consumo pese a las desfavorables consecuencias sociales, laborales y económicas que ocasiona.
Alcoholismo, padecimiento crónico
Causas
Actitudes depresivas, estrés o problemas económicos.
Las personas cuyos familiares de primer grado (padre y madre) son alcohólicos tienen mayores posibilidades de repetir la enfermedad.
Desintegración
familiar.
Aquellos que requieren gran cantidad de alcohol para emborracharse tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad, debido a que su cerebro es menos sensible a los efectos del alcohol.
Muchas personas empiezan a consumir alcohol con el fin de ser aceptadas en un grupo social o sentirse importantes.
Síntomas
Beber solo o escondiéndose de los familiares o compañeros de la escuela y trabajo.
Olvido de pláticas recientes y compromisos.
Pérdida de interés hacia las actividades diarias.
Deseos compulsivos ( ansiedad e imposibilidad para evitarlo) de ingerir alcohol y necesidad de incrementar la cantidad.
Problemas de conducta: aislamiento, timidez, depresión y agresividad.
Negación del problema.
Síndrome de abstinencia, es decir, la aparición de efectos negativos después de abandonar la bebida. Son muy comunes el temblor corporal, debilidad general y náuseas , los cuales son causados por la insuficiencia de vitaminas que les produce el consumo excesivo de alcohol.
Rasgos más severos son las convulsiones y alucinaciones.
Es común que la flora intestinal (cuya función es la de proteger al cuerpo de microorganismos que provocan enfermedades) se irrite y debilite.
Diagnóstico
Se basa principalmente en los síntomas antes citados.
El diagnóstico se confunde en ocasiones por la desinformación sobre el tema y la aceptación social del alcohol. Sin embargo, de acuerdo con los síntomas establecidos, se puede definir la personalidad alcohólica de un individuo.
Hay una prueba de autoevaluación (un cuestionario) que tiene como objetivo identificar las alteraciones de la conducta y los síntomas clínicos.
Puede consultar la calculadora adjunta.
Es muy importante aceptar el problema y reconocer que se requiere ayuda.
Prevención
Los padres deben poner el ejemplo en relación con el consumo de alcohol, por lo que es necesario que éste no sea considerado imprescindible cuando se realizan reuniones o festejos.
Debe hablarse abiertamente sobre las consecuencias negativas que el consumo de alcohol puede producir en el organismo.
Muchas personas utilizan el alcohol para relacionarse socialmente, situación que debe evitarse mediante la educación e integración familiar.
Promover la práctica deportiva y actividades recreativas en las que el alcohol esté ausente.
Procurar que sus hijos no acudan a bares o discotecas donde se ofrezcan “barras libres”.
Beber con moderación, aunque las bebidas que se consuman contengan pocos grados de alcohol.
Tratamiento
Lo primero es que el alcohólico reconozca y acepte que está enfermo.
Para aliviar los efectos negativos del alcohol se recomienda tomar un complemento alimenticio que ayude a restituir las reservas vitamínicas.
Hay algunos de este tipo que no requieren receta médica.
Si se produce dolor de cabeza existen analgésicos de venta libre que alivian las molestias.
Puede contrarrestar el malestar estomacal ( acidez o agruras ) con antiácidos .
El estrés y nerviosismo pueden controlarse mediante tranquilizantes naturales e infusiones de hierbas.
Aunque existen clínicas especializadas para tratar esta enfermedad, los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) han demostrado su eficacia para comprender el problema y superar esta adicción.
Se ha comprobado que los individuos que se recuperan en este esquema son los que se alejan de la primera copa, asisten regularmente a las reuniones de doble AA y se unen a la gente que ha logrado mantenerse sobria durante algún tiempo, además de que tratan de poner en práctica el programa de recuperación que contiene 12 pasos (ver esquema anexo).
Se destaca que la terapia psicológica o psiquiátrica puede ayudar a recuperar la autoestima y confianza del individuo.