Ordena Arzobispo Cabrero a cinco nuevos sacerdotes

El arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero procedió ayer a la ordenación de cinco nuevos sacerdotes en el grado del presbiterio; en el marco de una sencilla y emotiva ceremonia, el jerarca católico tomó el juramento de los nuevos sacerdotes, entregó las simbólicas casullas y estolas y unció sus manos para habilitarlos en el ejercicio de su ministerio.
Acompañado por los arzobispos eméritos Arturo Antonio Szymanski Ramírez y Luis Morales Reyes, así como por el rector de la Catedral, don Antonio Torres, flanqueado por el cabildo catedralicio, un amplio número de sacerdotes, semina-ristas, diáconos y sacristanes, don Jesús Carlos Cabrero Romero instruyó a quienes a partir de ayer serán sus nuevos colaboradores en las distintas parroquias y decanatos de la arquidió-cesis de San Luis Potosí.
Los animó a realizar su ministerio en la comunidad con diligencia, humildad, amor fraternal para transmitir al pueblo el mensaje de Jesucristo, servir a la iglesia, al orden de los obispos y auxiliar a la difusión de los evangelios.
El jerarca católico potosino dijo que a partir de la ordenación deberán los cinco nuevos presbíteros ser fieles dispensadores de los misterios de la Iglesia y honrados colaboradores de los obispos.
La Catedral Metropolitana congregó en esta ceremonia a un nutrido número de familiares y amigos de los nuevos sacerdotes, quienes participaron de la austera y emotiva ceremonia y siguieron con atención las fórmulas del rito de ordenación, tratando de plasmarlas en videos y fotografías.
La entrega de casullas y estolas, la unción de las manos, la recepción de las ofrendas del pan y el vino y sus respectivas fórmulas arrancaron la emoción de los nuevos sacerdotes, de sus amigos y familiares, de sus compañeros seminaristas.
Concluido el rito, atronó un aplauso general. Fue entonces cuan do se anunció la continuidad de la eucaristía presidida por los tres arzobispos y se incluyó a los nuevos sacerdotes en su celebración.
Se elevaron oraciones por la restauración de la paz y la tranquilidad de México, por el servicio sacerdotal de los nuevos integrantes del presbiterio potosino que, por primera vez participaron en el rito eucarístico.