Rigoletto llega renovado

En 2013, el Teatro del Bicentenario de León, estrenó la ópera Rigoletto, de Verdi, que tenía no sólo un destacado elenco encabezado por el tenor Arturo Chacón-Cruz, la soprano María Katzarava y el barítono George Petean, también contaba con el trabajo de grandes creadores como Víctor Zapatero, Enrique Singer y Carlo Demichelis. Al poco tiempo se anunció que esa producción formaría parte del proyecto de lo que llamaron “nueva época de la Ópera de Bellas Artes” y se presentaría como coproducción con el INBA.

Después de su exitoso estreno en León, se llevó a Durango y a Tamaulipas con diferente elenco artístico. Ahora llega al Palacio de Bellas Artes con una versión enriquecida en vestuario, escenografía y coros.

Además podrá verse en el rol principal al barítono mexicano Carlos Almaguer, radicado en España y de amplia trayectoria internacional, así como a Vladimir Stoyanov. En el papel del Duque de Mantua repite Chacón-Cruz y alterna con Xavier Cortés, mientras que Gilda será interpretado por Elena Gorshunova y Leticia de Altamirano.

En entrevista, Enrique Singer explicó que para Bellas Artes se ajustó la escenografía. “Transformamos algunas ideas, hicimos distintos acabados y reformamos algunas cosas. El espacio nos obligó a hacerla más grande y enriquecer los detalles, el palacio del Duque, por ejemplo, ahora es de mármol. Introdujimos el personaje de la hija de Monterone, que se habla de ella, pero no existe y aquí la hemos integrado”, explicó.

Singer agregó que la construcción de los personajes la hizo con base en las propuestas de los cantantes, como Carlos Almaguer, quien ha interpretado el rol en decenas de producciones.

“Arturo ha interpretado al Duque en muchas ocasiones, tiene muy definido a su personaje que es un Don Juan, que disfruta lo que hace, pero el de Xavier es muy distinto, arrogante y al mismo tiempo infantil, es más inocente y no se da cuenta de los desastres que ocurren a su alrededor. Será muy interesante ver los dos elencos, aunque no todos los personajes brindan la posibilidad de explorarlos. Gilda es una muchacha cándida que ha estado encerrada y no se puede hacer más”, comentó el director de escena.

Finalmente, sostuvo que esta producción sucede en el Renacimiento, pero tiene un enfoque moderno. “No hay una reproducción realista de la época pero sí hay reminiscencias”.

De nuevo en México. El barítono mexicano Carlos Almaguer, quien desde 1994 ha forjado una carrera internacional y se ha presentado en países como Alemania, Bélgica, España, Italia, Japón, México, Rumania, Bulgaria, Australia y Suiza, entre muchos otros, refirió que esta propuesta es muy tradicional. “Hace poco, en Tel-Aviv hice un Rigoletto vestido con playera y pantalón casual, para mí no era Rigoletto, pero hay teatros que quieren renovar la historia; el que a mí me gusta es jorobado. Soy un purista, me gusta lo clásico. He hecho muchas veces este personaje, me gusta porque tiene mucha energía, no le falta nada”, explicó.

Y añadió: “Cuando empecé en esto, un maestro me dijo que debía sentir al personaje, un hombre que tiene una hija, pero no es un lisiado. Es una ópera muy difícil”.

Almaguer, quien canta los roles mas importantes para barítono, como Cavalleria Rusticana, Lucía de Lamermoor, Aída y La Forza del Destino, aseguró que debutó con este personaje en 1998 en Francia. “Tengo el video de ese debut, de vez en cuando lo veo y me doy cuenta de que mi voz se ha prestado para hacer un repertorio de esta envergadura, muy dramático. Nunca he perdido la voz, hubo gente que me dijo que la perdería en cinco años y ya llevo 20 cantando. Mi voz me ha dado para roles como Rigoletto, Macbeth, Attila, es como si alguien empezara cargando 50 kilos en su primer día en el gimnasio, pero falló la predicción porque fui un buen estudiante y a la fecha lo sigo haciendo. Aquí he dado una master class a los chicos del Estudio Ópera de Bellas Artes y les he dicho que es muy importante ser disciplinados. Yo escuché todos los consejos”.

Modernidad en el escenario. El diseñador Carlo Demichelis, considerado por la prensa especializada como uno de los visionarios de la moda mexicana, especializado en punto y piel, fue el encargado del vestuario de esta producción, que destaca por sus colores oscuros y piel.

La vistosidad de los trajes se ha cuidado de un modo que permite que sean casi un personaje más en esta ópera de tres actos con libreto de Francesco Maria Piave, basada en la obra de Victor Hugo El rey se divierte.

“Lo que quería es que fuera bello, no me interesaba hacer un vestuario arqueológico, sino que hubiera una cierta modernidad, no me interesaban las mallas, por ejemplo. Hay mucha textura, bordados brillantes, cuero, metal, la joyería es de un sólo color. Rigoletto tiene un vino muy brilloso, el Duque usa una capa roja, aparecen cuatro modelos que usan transparencias y para estas funciones tendrán un cambio de vestuario y aparecerán de largo. No quería diseños de época, sino que fueran actuales pero que checaran con un tiempo pasado”, explicó.

Demichelis aseguró que Rigoletto es una ópera mayoritariamente masculina. “Casi no hay mujeres, por eso hay tres bailarines, dos actrices y cuatro modelos. Además, Gilda es un personaje bueno, una mujer sin mucho brillo, una santa, por eso los colores de sus vestidos son más suaves, azules grisáceos con algunos blancos”.

Rigoletto es una de las obras más representativas de Giuseppe Verdi y del repertorio operístico mundial. Esta vez será escenificada en el Palacio de Bellas Artes, en una producción de la Ópera de Bellas Artes, los días 23, 25 y 27 de noviembre, y 2, 4 y 7 de diciembre.

En las presentaciones participarán el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Jorge Alejandro Suárez y Srba Dinic, respectivamente; así como Oralia Castro, Oscar Velázquez, Alejandro López, Rosa Muñoz y Gabriela Flores, becarios del Estudio Ópera de Bellas Artes.