La Seguridad Hídrica: el reto del siglo 21 que tendrá que esperar a causa de una mala definición

2015 es el año en el cual los diversos países que conforman las Naciones Unidas se reunirán en Nueva York para decidir cuál es “El futuro que queremos”. Para ello establecerán también la Agenda de Desarrollo post 2015 y los Objetivos para el Desarrollo Sustentable. Esta agenda pretende establecer una nueva alianza global para erradicar la pobreza y transformar las economías de los países por medio de un Desarrollo Sustentable.
Como precedente de estos hechos, en el año 2000 se establecieron los Objetivos del Milenio para atender lo que se consideraba entonces como los grandes retos mundiales, a saber, disminuir la pobreza, promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres, la educación, atender algunos problemas ambientales, la salud materna e infantil, las enfermedades transmisibles como el sida y la necesidad de crear alianzas para promover el desarrollo. Algunos de los objetivos de la pasada agenda fueron cumplidos otros no.
En el caso del Agua, los Objetivos del Milenio establecían la meta para el 2015 de reducir a la mitad la cantidad de gente que carecía de suministro de agua o de saneamiento. Estando ya cerca de cumplir el plazo, el objetivo del suministro de agua fue cumplido pero no así el del saneamiento. Por ello – o a pesar de ello – aún en el mundo hay cerca de 800 millones de personas sin acceso al agua potable y cerca de 2.5 billones, sin saneamiento.
Muchos países argumentan que una razón de la falta de cumplimiento es que los objetivos fueron desarrollados por organismos internacionales y no por quienes gobiernan los países, ya que son estos quienes tienen la responsabilidad y los medios para implementarlos. Por ello, en esta ocasión en un proceso en el que se ha favorecido una amplia consulta y bajo el liderazgo de los países, se encuentra en conformación la nueva agenda global. No existe aún un acuerdo en su exacto contenido, ni siquiera en el número de objetivos que deba contener, pues es ya claro que muchos más problemas que lugares en la agenda de las prioridades mundiales. A pesar de ello, el agua se encuentra enlistada como uno de los retos, posiblemente para ser considerada como un objetivo independiente, o bien como parte de otros objetivos como fue el caso en la agenda anterior en donde se encontraba dentro de los objetivos ambientales. El que el agua llegue o no a ser un objetivo de la agenda, y que esté de forma independiente o no está todavía por verse. Pero lo que sí es ya claro es que el tema hídrico requiere abordarse desde muchos aspectos para definir lo que el sector agua debe hacer para asegurar una administración integral del recurso, pero también para que muchos otros objetivos puedan lograrse (como el de la seguridad alimentaria o energética) ya que sin el agua, simplemente, no es posible cumplirlos. El tema del agua, así planteado se antoja no sólo complejo, sino uno en el cual muchos sectores de la sociedad y sistemas de la naturaleza se encuentran implicados. Además, y sin duda atañe a todos los países. Por ello, para reflejar esta complejidad el tema del agua se comenzó a discutir bajo el concepto de la “seguridad hídrica”. Este concepto sorpresivamente es muy fácilmente asimilable por la sociedad en general (digamos, es “mediático”) porque a cada quien, o a cada sector o interesado, le suena a que sus problemas con el agua (cualquiera que éstos sean) seguramente van a ser solucionados. Contar con seguridad hídrica, refleja la necesidad de que los gobiernos trabajen coordinadamente al interior de ellos para asegurar no únicamente los servicios de agua (Suministro y Saneamiento) a un costo accesible y justo, sino también para que la gente y los ecosistemas cuenten hoy y mañana con agua suficiente, de calidad apropiada, para lograr la conservación del recurso, para asegurar que la industria y la agricultura cuenten con una accesibilidad al líquido pertinente para lograr el desarrollo que la sociedad requiere, para que tanto los seres vivos como sus bienes – naturales y antropogénicos- sean protegidos de desastres hídricos. La seguridad hídrica refleja también el trabajo conjunto y coordinado de diferentes países para manejar los recursos hídricos transfronterizos. En realidad, existen muchas decisiones para la Seguridad Hídrica. Una de ellas es la del Programa Hidrológico Internacional de la UNESO, la cual fue aprobada por los países que conforman su consejo en 2010 después de intensas discusiones técnicas y políticas. Esta definición es la siguiente:
Se entiende por seguridad hídrica la capacidad de una población para salvaguardar el acceso a cantidades adecuadas de agua con calidad aceptable con el objeto de sostener la salud de la gente y de los ecosistemas aplicando un enfoque de cuenca, así como para asegurar la protección eficiente de la vida y de los bienes frente a los desastres de origen hídrico como son las inundaciones, las sequias y los deslizamientos del terreno. Para incorporar ideas provenientes de discusiones académicas y de organizaciones internacionales, se produjo una nueva definición, ésta es:
Se entiende por seguridad hídrica la capacidad de salvaguardas el acceso sostenible a cantidades adecuadas de agua y con calidad aceptable para mantener los medios de la subsistencia humana así como el desarrollo socio económico, para asegurar la protección contra la contaminación y los desastres de origen hídrico así como para preservar los ecosistemas en un ambiente de paz y de estabilidad política. Esta definición se usó como base para la discusión de la agenda post 2015.
En paralelo a la discusión del tema de la seguridad hídrica como parte de la agenda Post 2015, la de otros muchos temas avanzaron también a nivel internacional, con o sin relación directa con la agenda. Uno de los temas fue el de la Seguridad. Un tema en discusión es el que en caso de inestabilidad política o social, las Naciones Unidas o Países de las Naciones Unidas puedan ser autorizados para intervenir un país y reestablecer el orden. Puesto que, se ha tornado hoy en día evidente que la seguridad humana está amenazada por peligros muy diversos además de la guerra o del terrorismo, por ejemplo, por problemas asociados con la falta de alimento, energía, de salud o de agua.
EL concepto de la Seguridad se ha ampliado para abarcar muchos campos. Por ejemplo, en el caso del Agua, la carencia del líquido provoca que muchas mujeres que caminan kilómetros para llevar agua a sus casas, o bien, niñas que tienen que defecar al aire libre por falta de servicios de saneamiento sean violadas e incluso asesinadas. También se conoce de altercados entre comunidades, incluso países por problemas con los recursos hídricos que comparten.
Asimismo, el que un país contamine el agua de otro es una situación común.
Finalmente, se ha señalado que una práctica de terrorismo podría ser contaminar con veneno la fuente de agua de una ciudad y que en caso de guerra, algunos casos países podrían/pueden cortar el acceso a la fuente de agua de otros. Todo este marco en su conjunto, la asociación del agua con el terrorismo, las guerras y la inseguridad, en particular en un contexto en donde se señalan la posibilidad de intervención de un país a otro, motivo que varios países de las Naciones Unidas se opusieran a considerar en la agenda post 2015 el tema de la Seguridad Hídrica. En particular porque la definición usada claramente alude a la paz y a la estabilidad social, que sin duda pueden ser motivos de intervención.
Así y aun cuando, el tema del agua muy posiblemente llegue a estar en la Agenda Post 2015, muy seguramente no será de forma integral ni para promover la seguridad hídrica sino para abarcar solo algunos aspectos (máximos tres) que hasta ahora son: (a) Suministro y Saneamiento básico (es decir servicios de agua), (b) uso eficiente de agua por todos los sectores, (c) manejo integrado de recursos hídricos (con poca claridad de que se entiende por ello y peor aún sin ninguna claridad de cómo medirlo). El objetivo de proteger a la humanidad de los desastres hídricos —que dicho sea de paso, constituyen entre el 80-90 por ciento de los costos ocasionados por los desastres naturales— muy posiblemente quedará como parte de algún otro objetivo. Para promover una agenda que holísticamente abarque todos los aspectos donde el agua interviene y además que proponga su manejo integrado como se requiere para lograr la seguridad hídrica tendrá que esperar a una nueva agenda, la cual cuente esta vez con una definición consensuada entre los países. .Por lo pronto, en muchas partes con o sin definición de la Seguridad Hídrica, en el “Futuro que queremos” muchos tendrán una vida muy húmeda mientras que otros lo vivirán sin agua.