San Luis Potosí es el primer municipio del país en aplicar tratamientos complementarios de toxina botulínica (TB) tipo A para personas con discapacidad, de manera totalmente gratuita en beneficio de 100 pacientes principalmente de la capital y delegaciones, además de incluir en este beneficio algunas personas de Cárdenas, Rioverde, Soledad y Matehuala.
La atención a grupos vulnerables en el Ayuntamiento Capitalino es una de las prioridades, sobre todo para beneficiar a gente de escasos recursos que no pueden costear tratamientos y terapias que les ayuden a mejorar su salud.
Los recursos de este programa provienen del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento Municipal, a través de recursos de Ramo 33.
El Alcalde de la Capital Mario García Valdez y la Presidenta del DIF Municipal, Maricela Castañón de García, asistieron al Centro Maravillas al arranque de este programa que será de gran beneficio para los pacientes que asisten a este lugar y a la Unidad Básica de Rehabilitación de las delegaciones y del municipio, complementando el tratamiento médico.
Esta toxina beneficia sobre todo a pacientes que padecen trastornos, problemas musculares o afecciones relacionadas con distonías, parálisis cerebral y/o que hayan sufrido algún accidente vascular cerebral.
Para la aplicación de este tratamiento, se realizó una capacitación previa para los médicos de la UBR de la Delegación de Bocas y del Centro Maravillas, con especialistas en el tema para la correcta aplicación.
Los médicos especialistas cuentan con una gran experiencia, tal es el caso del médico Alfredo Guadalupe Bautista, médico en rehabilitación del CREE Querétaro, el Doctor Gonzalo Serrano Muñoz de Farmacias Médicas Especializadas y Moisés Bonilla Padilla, representante de ventas de Dysport Línea Terapéutica Zona Bajío y el doctor Noé Cruz Herrera, médico de rehabilitación del Hospital Regional de Alta Especialidad de Tuxtla.
Los pacientes fueron previamente evaluados para elegir a los candidatos adecuados a recibir este tratamiento, tanto niños como adultos, y la terapia consistirá en intensificar las rutinas y sesiones de rehabilitación, ya que una vez aplicada la toxina, el músculo se relaja, facilitando así el movimiento de las articulaciones y por consiguiente, el fortalecimiento de músculos.
La duración estimada de este tratamiento es de 4 a 6 meses dependiendo de la velocidad con la que cada paciente asimile el tratamiento, y una vez concluido este periodo, realizar una segunda aplicación del tratamiento.