Estado Islámico torturó a niños kurdos, según ONG

Milicianos de Estado Islámico torturaron y abusaron de niños kurdos, capturados a principios de este año cerca de la ciudad de Kobani, en el norte de Siria, según denunció el martes un grupo humanitario internacional.
Human Rights Watch basó sus conclusiones en entrevistas con varios niños que estaban entre los más de 150 chicos kurdos de Kobani secuestrados a finales de mayo cuando volvían a casa tras hacer sus exámenes escolares en la ciudad de Alepo. Añadió que unos 50 escaparon, mientras que los demás fueron liberados de forma gradual, con un último grupo el 29 de octubre.
«Desde el inicio de la revuelta siria, los niños han su-frido los horrores de las detenciones y la tortura, primero por el gobierno de Assad y ahora por (el grupo) Estado Islámico» , dijo Fred Abrahams, de Human Rights Watch. «Estas evidencias de torturas y abusos a niños por parte de Estado Islámico subraya por qué nadie debe apoyar su causa criminal», añadió.
Cuatro de los niños liberados dijeron a Human Rights Watch que estuvieron detenidos por extremistas en la localidad de Manbij, en el norte de Siria. Describieron palizas frecuentes con mangueras y cables eléctricos.
Los niños dijeron que algunos de los abusos más graves estaban reservados para los cautivos que tenían a miembros de su familia en la milicia curda conocida como YPG, que se ha visto inmersa en fuertes combates con los extremistas de EI por el control de Kobani desde mediados de septiembre.
Según el informe de Human Rights Watch, Estado Islámico no dijo a los niños el motivo de su liberación, más que que ya habían completado su entrenamiento religioso.
Insurgentes de Estado Islámico secuestraron a cientos de kurdos durante el pasado año como parte de una brutal campaña del grupo para hacerse con el control de zonas de mayoría curda en el norte y este de Siria.
El martes, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que los extre-mistas habían liberado a cientos de curdos que habían sido secuestrados en febrero.
No estuvo claro de inmediato el motivo por el que el grupo Estado Islámico liberaba a los cautivos ahora, ni si habían alcanzado un acuerdo con los kurdos para un intercambio de prisioneros.
Promete Hezbolá derrotar al EI en Siria
Hassan Nasralá, líder del grupo, expresó su deseo de impedir que la región caiga en manos de ‘decapitadores, violadores y secuestradores de mujeres’; ha enviado miles de combatientes a Siria para luchar contra el Estado Islámico  El líder del grupo chiíta libanés Hezbolá, Has-san Nasralá, prometió la derrota de los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria, donde su milicia combate junto al régimen sirio, con motivo de la festividad religiosa de la Ashura.
«Los derrotaremos en todas las regiones, en todos los países (…) esos extremis-tas no tienen futuro», dijo Nasralá al dirigirse a través de una pantalla gigante ante miles de partidarios reunidos en el sur de Beirut, capital libanesa, para la Ashura.
El Hezbolá (Partido de Dios) ha enviado miles de combatientes a la vecina Siria para luchar junto a las tropas del presidente Bashar al-Assad contra los rebeldes sirios y a hora contra los yihadistas para impedir que el extremismo se extienda a Líbano. En su discurso, el líder del Hezbolá expresó su deseo de «alcanzar la victoria final» para impedir que la región caiga en manos de «deca-pitadores, violadores y secuestradores de mujeres».
«Entramos en el cuarto año (de la guerra en Siria) y los extremistas no han logrado controlar Siria (…) Es una gran victoria» , clamó.
La participación del Hezbo-lá en la guerra de Siria ha profundizado la división entre chiítas y sunitas en Líbano.
Por esa razón, la seguridad en la zona sur de Beirut, bastión del Hezbolá, fue reforzada este martes por el ejército para proteger a los peregrinos chiítas y prevenir posibles ataques durante la Ashura.
Miles de chiítas acuden desde el domingo pasado a las mezquitas y santuarios en Líbano para recordar la muerte del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma, fallecido en una batalla en Kerbala (Irak) en el siglo VII.
Según la tradición, el imán Husein, muerto junto a otros compañeros en la batalla de Kerbala, fue decapitado y su cuerpo mutilado, algo que numerosos fieles chiítas recuerdan con actos de autoflagelación.