Mancera pudo haber muerto por sangrado: Médico

El cardiólogo Carlos Rie-
ra, quien formó parte
del equipo que operó al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, refirió que la operación a corazón abierto practicada pudo haberle provocado la muerte porque se presentó un sangrado importante.
En entrevista con Radio Fórmula, el cardiólogo aclaró que aunque él no hizo directamente la intervención, refirió lo que ocurrió en la sala de operaciones, cuando se presentó el sangrado, pero que la punción del pericardio permitió dre-narlo, procedimiento quirúrgico que le salvó la vida a Mancera Espinosa.
«Estamos hablando que pueden ocurrir sangrados de cinco litros por minuto, eso podría haber sido fatal, pero afortunadamente la situación de compresión permitió la salida de sangre, aunque no del todo», refirió el especialista.
Riera Kinkel recordó que el sangrado se perpetuó en ese momento, por lo que abrieron el esternón, a fin de abrir el pericardio para solucionar el problema; fue necesario utilizar derivación cardiopul-monar, debido a que el sangrado era muy importante, que pudo haberle provocado la muerte.
El procedimiento duró muchas horas, porque a la perforación en el corazón de Mancera se realizó de inmediato una incisión en la parte central del pecho, que es abrir el pe-ricardio, en el momento que se abre el pericardio, esa sangre se evacúa y el corazón empieza a contraerse con tranquilidad reduciendo el problema, eso ayudó a reparar las lesiones, dijo el médico Carlos Riera.
Ahora, aseguró, el jefe de Gobierno podrá incorporarse muy pronto a sus actividades porque «posee una fortaleza física increíble, por ser un atleta de alto rendimiento y que su corazón, fuera del trastorno eléctrico, es un corazón que está perfectamente sano.
La arritmia que presentó pudo presentársele a cualquiera», aclaró el galeno.
Se destaca que afortunadamente se solucionó el problema y se evitan riesgos de que un coágulo que está en la aurícula izquierda se vaya al cerebro o cualquier parte del cuerpo e insistió Riera Kinkel en que el jefe de Gobierno podrá tener una vida normal, haciendo ejercicio y realizando sus actividades físicas que desempeña.