«No hay nada bello en la vejez»: Geraldine Chaplin

Desde hace tiempo que la artista reniega de la
vejez en todos los lugares a los que va, ya que, asegura, ésta es «el preludio de la muerte, un país sin mapas donde sólo existe una autopista que lleva al fin».
La actriz de 70 años dice que no tiene intenciones de envejecer, por lo que se mantendrá activa en la industria del cine. Actualmente promo-ciona una película en la que da vida a una anciana que se enamora de una prostituta A sus setenta años, la actriz Geraldine Chaplin asegura que se resiste a hacerse mayor, pues no ve le ve nada positivo: «no hay nada bello en la vejez, es una desgracia, una masacre».
La hija de Charles Chaplin y nieta del premio Nobel de literatura Eugene O’Neill reconoce que desde los 45 años ve «la muerte en cada esquina». Quizá por ello, hace tiempo que la artista reniega de la vejez en todos los lugares a los que va, ya que, asegura, ésta es «el preludio de la muerte, un país sin mapas donde sólo existe una autopista que lleva al fin».
«Muchos viejos descubren de repente una isla desconocida dentro de ellos mismos, que es el pasado, y comienzan a vivir en él. El problema es que yo no me acuerdo». Tan sólo hay un aspecto que se escapa de esta radiografía fulminante: «cuando uno envejece puede ser un poco más observador porque nadie le ve».
En su último trabajo,Dólares de arena la actriz encarna a una francesa de avanzada edad que se enamora perdidamente de una prostituta.
dominicana, una película que rompe con varios tabúes del sexo en la tercera edad.

«Cuando te enamoras, pierdes la dignidad y ver a una persona viejaque pierde la dignidad es algo obsceno», enfatiza Chaplin.

No obstante, la que fue musa del cineasta español Carlos Saura no cree que el filme vaya a transformar muchos esquemas.

«Antes creía que el cine podía cambiar el mundo», cuenta, «pero ahora no estoy segura, sólo creo que una película puede cambiar la forma de pensar de una persona sobre el mundo».

Y tras meditarlo unos instantes, responde: «lo importante es que a la gente le hayan gustado los filmes, que hayan podido pasar un momento agradable que les haga sobre todo pensar o reír», concluye.