El romanticismo de Los Panchos sigue vigente

Chucho Navarro, hijo del fundador del trío, ofrecerá una «Serenata romántica» en el Metropólitan junto a Eduardo Beristáin y Misael Reyes El romanticismo que en los años setenta diera vida a Los Panchos en Nueva York sigue vigente en este 2014 por una razón muy simple: «El amor es eterno, no tiene final», así lo aseguró en entrevista Chucho Navarro, hijo del fundador del trío -del mismo nombre- y que desde su muerte ha dado seguimiento a este proyecto a petición de su padre.. «Mi padre en su última voluntad, al ver que estaba terminando el trío por el polvo del tiempo que nos afecta a todos, tenía la idea de que fuera continuado», platicó en entrevista con un diario.
A unas horas de ofrecer una «Serenata romántica» en el Teatro Metropólitan de la ciudad de México, el músico recordó que su padre fue el único integrante original del trío por más de 50 años ininterrumpidos, hasta el día de su muerte.
«Murió cantando, murió en mis brazos… yo me inicié con él, fue mi maestro, mi amigo y mi padre, pasé los últimos quince años de su vida de trabajo con él hace ya 35 años… La única derrota que tuvo fue la muerte».
Luego de un recorrido por toda la república y de ser nominados el año pasado a las Lunas, para Chucho es un honor cantar en este recinto a varias generaciones acompañado de La Rondalla de Saltillo. Rayito de Luna y Perdida, serán algunos de los temas que llenen de recuerdos a los asistentes, pues para ellos, cada tema es un pedazo de vida.
«Cada canción tiene un capítulo en la vida, hay canciones de amor y desamor, de triunfo y de derrota, de cosas sublimes que hacen recordar» En su experiencia cantando en la nueva generación de los Panchos con Eduardo Beristáin y Misael Reyes, Chucho siempre ha sentido la presencia de su padre a la hora de pisar el escenario.
«Cada vez que estoy en el escenario, llega a mí una energía muy especial de la poesía y la enseñanza de mi padre de esos quince años que permanecí con él y aflora en mí una personalidad de su esencia. Mi padre me enseñó que el público es lo más sagrado que tiene un artista».
También sentenció que la única forma en la que dejará el trío es la muerte y pronunció un verso de su progenitor.
«…Cantaré por el camino hasta que la voz me dé y una vez cuando yo muera una canción mexicana como plegaria diré».