Villa, más que bandolero, un justiciero: Pedro Ángel Palou

En “No me dejen morir así” (Planeta, 2014), la más reciente novela del escritor mexicano Pedro Ángel Palou, el personaje central —podría decirse— es Francisco Villa, el célebre general revolucionario.
Pero más allá no sería raro notar que, ante la presunción de su propia muerte, con quien se topa el lector es más bien su memoria, a través de la cual se rememoran algunos momentos determinantes en su vida.
Así como “las traiciones y las venganzas, los anhelos y el quehacer diario” de uno de los protagonistas de México sin el cual no sería posible indagar en la historia del país.
Así, planteado como “memorias póstumas”, el libro —dice el escritor— surge de la decisión de “darle voz a Villa, pero el emplear la tercera persona quizá habría producido otra biografía (de las cuales hay muchas muy buenas) sobre el general; después.
Al elegir la primera persona, el problema fue de perspectiva, para ver desde dónde hablaría. Por eso, la licencia más original para la historia fue colocarlo ante la inminencia de la muerte, como unas memorias”.
Lo anterior, asegura el autor, “me permite una libertad enorme para contar desde el punto de vista formal.
Pero además brinda verosimilitud a la obra, porque se muestra a un Villa que hace un ajuste de cuentas con la realidad y, muy importante, también consigo mismo”.
Originalidad
e intimidad
Pedro Ángel Palou afirma que el lector accede a “una dimensión íntima” del personaje, a una prosa donde “estamos viendo con él, oliendo con él.
Escuchando música con él; hay capítulos de una intimidad tremenda, como cuando habla de sus mujeres.
Fue un esfuerzo enorme, pero la idea es que parezca que fue fácil”.
El proceso, en este sentido, “destila al personaje, en lugar de acumular anécdotas”, establece Palou, algo que le tomó al menos un año completo “para ir discerniendo qué capítulos, qué anécdotas referir.
Contrastar la manera en que la abordan sus diferentes biógrafos —desde Martín Luis Guzmán hasta Paco Taibo II— y, en ese proceso de destilación.
A las innumerables páginas históricas hay que agregar 54 películas y por lo menos diez obras literarias donde es él el protagonista (como las de Nellie Campobello o Rafael F. Muñoz)”.
Algunas anécdotas épicas, destaca el narrador, “quizá nos conviene ahora contarlas en sordina”.
Bajo el propósito de que cualquier lector encontrara en estas páginas “un Villa más humano.
Es obvio que al final se incluye un ensayo bio-bibliográfico, para que el interesado pueda ahondar en los temas, porque el autor debe ser generoso y un libro debe abrir otros libros”.
Asimismo, otro objetivo es “presentar un Villa desconocido, interesado por la higiene.
Fascinado con el deporte y los rudimentos de la ganadería, una serie de cosas que, como las mujeres, fueron centrales para él.
No negaré que hubo capítulos muy difíciles de escribir, porque intenté entrar en su cabeza”.
Sueños y utopía
En este acercamiento a la figura del Centauro del Norte, para el escritor queda el descubrimiento de que “Villa no pudo arrepentirse de la Revolución —en todo caso, le entristeció que fuera traicionada.
Primero por Carranza, luego por Obregón y Calles; y debió arrepentirse de muchas de sus acciones—, siempre tuvo la esperanza de que en este país se pudiera vivir feliz”.
También, sentencia, “que más que el destructor, nos queda el utopista, un soñador que esperaba ver un México sin religión.
Sin alcohol, educado, donde la gente se desarrollara plenamente, sin injusticia social. A él lo marca la injusticia, casi místicamente, desde muy pequeño.
Para mí, más que un revolucionario o bandolero, Villa fue un justiciero”.
PERFIL
Trabajo inagotable
Pedro Ángel Palou (Puebla, 1966) es autor de 40 libros, entre los que destacan “Amores enormes” (Premio Jorge Ibargüengoitia).
“Con la muerte en los puños” (Premio Xavier Villaurrutia), “En la alcoba de un mundo”, “Paraíso clausurado”, “Malheridos”.
“La Casa de la Magnolia”, “Demasiadas vidas” y las novelas históricas dedicadas a Zapata, Morelos y Cuauhtémoc.
Ha recibido varios doctorados honoris causa en América Latina y es doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de Michoacán, y profesor visitante en la Sorbona, París V René Descartes.
En la Universidad Iberoamericana (UIA) y en Dartmouth College. En 2009 fue finalista del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa con la novela “El dinero del diablo”, que fue publicada con gran éxito de público y crítica en 22 países de habla hispana y traducida al francés y al italiano.
Condujo con Felipe Pigna la serie de televisión “Unidos por la Historia”, sobre el Bicentenario, para The History Channel.