Super Tie Brake: Las cuatro grandes y una asociación minimísima

Por: Óscar Rodríguez Gómez.

Enorme muestra de la ineptitud en la promoción del tenis competitivo en los desolados cuatro años de la actual Asociación Potosina de Tenis, es el contraste entre « las cuatro grandes» potosinas que avasallaron el tenis juvenil mexicano de 2006 a 2012, los diferentes caminos que – sin dejar el tenis- tomaron en su vida, y la tierra baldía en la que se desperdician las mejores canchas del país al no contar con una sola tunera en el top ten nacional.

Durante los años señalados, Carolina Betancourt, Marcela Zacarías, Ana Sofía Sánchez Palau y Miranda Rodríguez Díaz De León – las tres últimas entrenadas por el argentino Billy Czerner en La Loma- mantuvieron sendos número uno en todas las categorías del ranking nacional, ascendiendo, una por una, al puntaje de la International Tennis Federation (ITF), con lo que para 2010 había cuatro potosinas en el top 500 mundial. Lo nunca visto en otra entidad mexicana.

La rapidez del arribo a su etapa adulta, y con ello al circuito profesional, llevo a Carolina una larga temporada en Alemania mientras que, Sofía y Marcela, siempre en la misma categoría, se instalaron, respectivamente, en Buenos Aires y en Mérida. Sin pena ni gloria Betancourt vive un vertiginoso reacomodo en la WTA en el lugar 611, Marcela como que toma segundo aire y ya va en el 350 y Ana Sofía, siempre arrogante, es la mexicana mejor rankeada con el 289 del mundo.

Educada de muy diferente modo a sus compañeras mayores, sin un solo pariente deportista y paulatinamente relegada por los feudos a los que sus intelectuales padres desconocían, Miranda Rodríguez Díaz De León fue traicionada por omisión tanto en el INPODE de la estulticia en bicicleta como por el egocentrismo gatuno de una Asociación que no lo es tal…Pero esa es otra historia.

El caso es que Rodríguez, única en darle a su estado las cinco medallas de oro olímpico nacional, fue literalmente echada del ranking nacional tras de ocho meses de convalecencia por lesiones y enfermedades – producto de su mismo trajinar por el mundo representando a México-, luego acogida por el Raquet Club, por el Club Deportivo Potosino y, finalmente, regresar a su hogar deportivo en La Loma del Chato Lopez.

Hacia apenas unos cuatro años que al empresario de sangre tenística se le felicitaba por su esfuerzo en mantener en casa a las mejoras jugadoras de México, cuando las tres grandes maldiciones del mexicano se fueron contra el y sus prospectos: lo ladino del indio, le envidia del español y lo intrigante del francés, crisol de nuestra nacionalidad. El señor Lopez dirigió mejor sus baterías hacia el Banco de París y la ciudad de San Luis Potosí fue seis veces sede mundial de las copas Davis y Federación juveniles.

Miranda, en busca del equilibrio que le permitió su arribo a la mayoría de edad, prefirió olvidarse del mundo Pro y aplico, con su tenis, a una beca en la Universidad Seminole de Oklahoma, donde en sus primeros dos meses de estancia es ya la número uno de su escuelita y lleva ganados cuatro torneos intercolegiales.

El próximo seis de noviembre la Asociación Potosina de Tenis, con un consejo directivo de un sólo hombre, se llevará a cabo la renovación de ese hoy monoconsejo. Hay al menos tres grupos suspirantes confesos de pretender a la otrora orgullosa asociación, por lo que desde SUPER TIE BREAK se lanza lo hasta aquí descrito – entre muchas otras consideraciones- para sopesar el grado de compromiso que la actual administración no tuvo el mínimo interés de asumir.